‘Pose’, los años duros y felices de la comunidad transexual
La nueva serie de Ryan Murphy, ambientada en la Nueva York de los años ochenta, cuenta con el mayor reparto transexual de la historia
Pose, la nueva serie de Ryan Murphy, que hoy estrena HBO España, trae a la memoria títulos de los ochenta como Fama o Flashdance. La esencia está ahí: los bailes, la bola de discoteca, la moda, el deseo de volar en una década prodigiosa... Pero cambian los protagonistas. “Esta vez son los marginados que nunca antes tuvieron esta oportunidad, convertidos en los nuevos héroes y heroínas”, los describe Murphy a EL PAÍS. Se queda corto en su descripción, porque Pose es algo más: un canto a la comunidad transexual de los ochenta, que, además de su aceptación sexual, se veía encasillada en un gueto racial como negros o hispanos e intentaba sobrevivir a la condena de muerte que suponían el sida o las drogas. Su arma era un sistema de casas que adoptaban a los marginados, dándoles un hogar comunal. Y la contracultura de unos bailes que, además de crear tendencia, se convertían en la mejor afirmación personal.
Era una escena cultural y social en la que Murphy llevaba pensando desde 2006, después de haber visto el documental Paris is Burning centrado en lo que muchos llaman la edad de oro del Nueva York transexual. “Siempre pensé que se lo debía a los miembros de nuestro colectivo LGTB, porque tenemos que escribir nuestra propia historia. Nadie la escribirá por nosotros”, añade el productor en el set de la serie en Nueva York.
Pero tuvo que pasar más de una década y Murphy conseguir unos cuantos éxitos televisivos, desde Glee a American Crime Story, para que Pose fuera una realidad. Entre otros problemas, el guionista y productor no sabía cómo contar esta historia. Entonces, en 2014, apareció el verdadero cerebro de la serie, Steven Canals, otro aspirante a guionista de “los 100.000” que le ofrecen algo a Murphy y que llegó con una historia de alguna forma inspirada en su propia vida como joven mestizo de ascendencia portorriqueña criado en el Bronx de los ochenta con una dieta audiovisual que incluía Fama y El color púrpura y protegido por su familia del crack y del sida hasta que tuvo el coraje de reafirmar su sexualidad. “Sabía muy bien lo que hacía capturando el espíritu de una comunidad muy definida, seres bellos, oscuros de piel, en transición y en el único momento en el que se sentían seguros de ser quienes eran”, resume Canals.
Las críticas han sido unánimes. Vanity Fair ha descrito Pose como una serie “atrevida y necesaria”. Rolling Stone la ha incluido entre lo mejor que se puede ver en la televisión. Y Entertainment Weekly ha recordado que, aunque una de las claves es que su reparto está integrado principalmente por transexuales, algo que hace historia, “el mensaje de inclusión nunca se entromete con la misión de contar algo cercano que encanta a la reina que hay en todos nosotros”. Este último es un comentario que ha llenado de orgullo a Murphy, quien asegura que Pose ha sido la serie que más le ha costado, tanto en trabajo como en emoción personal. Además de ser la más cara. “Pero tenía claro que quería huir de todo eso que fuera echar el sermón o mostrar un panorama triste y desolador”, recalca. Sin embargo, la serie arranca cuando uno de sus principales personajes recibe el diagnóstico de que es portador del VIH. “Si algo nos une en esta comunidad es saber que hasta en los momentos más oscuros encontramos la felicidad”, remata Murphy.
Un fichaje millonario
Algo más de 250 millones de euros en cinco años vale Ryan Murphy, según el contrato millonario que firmó en febrero con Netflix. La cifra, o lo que a plataforma espera a cambio, no le quitan el sueño. "Tengo 53 años, 51 según IMDb lo cual me encanta, y acepté el trato porque quiero hacer algo diferente, documentales, películas, variedades, todo en el mismo canal y ese es Netflix", asegura a este diario. Hay más razones para dejar Fox, donde este mes concluye su actual contrato: "el sentimiento de que la vida es breve, y que quiero ayudar en otras áreas". Hace dos años recibió un premio por sus contribuciones en la lucha contra el sida. Ahora, donará sus honorarios de esta serie a la comunidad transexual. Además de alimentar nuevo talento buscando nuevos escritores y estrellas.
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