El rechazo de Barcelona a acoger una franquicia del museo Hermitage impulsa candidaturas de otras ciudades
Los promotores ultiman un recurso judicial para hacer valer la concesión de un terreno en el puerto de la ciudad que se les concedió pese a la oposición del Ayuntamiento
El proyecto para instalar una franquicia del museo Hermitage en terrenos del puerto de Barcelona entra en una nueva fase. Antes de que concluya el mes, sus promotores prevén iniciar la vía judicial ante el rechazo del Ayuntamiento de Barcelona, lo que abre la opción de buscar candidaturas alternativas para acoger el centro de exposiciones. Fuentes próximas a la sociedad Museo Hermitage Barcelona, impulsora de la iniciativa, admiten que diferentes ciudades han mostrado el interés por albergar el museo, con Madrid y Sevilla como las plazas que han realizado propuestas más concretas para intentar captar una inversión que se preveía de 52 millones de euros, con el objetivo de atraer hasta 850.000 visitantes en su primer año de funcionamiento.
Las fuentes consultadas señalan que se han producido contactos del máximo nivel tanto desde el Consistorio como de la Comunidad de Madrid e incluso que algunos inversores privados han mostrado su disposición a analizar un posible desembarco en un preciado espacio de la capital, aunque todo quedó paralizado por la pandemia. El Ayuntamiento de Madrid asegura que no hay novedades respecto al interés mostrado cuando Barcelona rechazó inicialmente el proyecto.
El Consistorio de Sevilla prevé retomar este mes las conversaciones con la Embajada rusa para insistir en su interés. “Iniciamos las conversaciones en febrero de 2020, pero con la declaración de la pandemia todos los contactos se interrumpieron y ahora es el momento de volver a presentar nuestra oferta. Entonces ellos tenían un compromiso con Barcelona, pero me consta que ahora se ha roto”, afirma Antonio Muñoz, delegado del Área de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo. Cuando se formalizó el contacto, el Consistorio sevillano recibió una respuesta de Mikhail Piotrovsky, director del Hermitage de Sant Petersburgo: “Actualmente trabajamos con nuestros inversores en desarrollar el proyecto y debatiremos la posibilidad de iniciarlo en Sevilla”. En las conversaciones que se establecieron se llegó incluso a insinuar la Real Fábrica de Artillería, 22.000 metros cuadrados en el barrio de San Bernardo, como posible sede.
Según el entorno de los promotores de la franquicia, hay también otras ciudades interesadas, desde Valencia y Málaga hasta Lisboa, candidaturas que este diario no ha podido confirmar. De hecho, los ayuntamientos valenciano y malagueño niegan haberse postulado para el proyecto.
La cuestión es si Museo Hermitage Barcelona, sociedad controlada en un 80% por el fondo de inversión suizo-luxemburgués Varia y por Cultural Development en el resto del capital, está dispuesto a escuchar otras alternativas. Tienen ya el proyecto del edificio que diseñó el premiado arquitecto japonés Toyo Ito, una construcción blanca de líneas ondulantes en su exterior y con un amplio vestíbulo con escaleras en voladizo, y una autorización de la Autoridad Portuaria de Barcelona para ocupar una de sus parcelas junto al mar que están en fase de desarrollo.
Presentarán un recurso al contencioso para hacer valer ese permiso, que solo podría ejecutarse con un convenio posterior entre el puerto y el Ayuntamiento que no se ha producido. Ese paso al frente en los tribunales amenaza con bloquear durante años el uso de la pastilla de suelo asignada, mientras se dirime la vía judicial. Y por el camino, con las elecciones municipales a la vista en 2023, existe la posibilidad de un cambio de gobierno que acabe desencallando un proyecto que, si algo acumula, son años de retraso. La primera propuesta en firme se presentó en 2016 (aunque la idea original es de 2012) y desde entonces han variado los protagonistas, los objetivos y las ubicaciones. Apenas Ujo Pallarès, ideólogo y garante del acuerdo con Hermitage, sigue en lo que se ha convertido en una suerte de culebrón. La última previsión conocida planteaba abrir el próximo año.
Pero también hay parte de los miembros del proyecto catalán que sopesan como mejor alternativa cambiar de ciudad y cerrar la carpeta de Barcelona. En todo caso, también deberá tenerse en cuenta la opinión del Hermitage de San Petersburgo, que podría analizar cuál puede ser el mejor lugar para su franquicia. El problema es que es difícil encontrar una ciudad con el atractivo turístico de la capital catalana (se prevé que el 70% de los visitantes sean foráneos), que permita rentabilizar la inversión prevista y que, de momento, cuenta con un acuerdo de 50 años para explotar la marca Hermitage y beneficiarse de parte de su fondo. Madrid y Lisboa parten con ventaja en ese listado.
Redacción del recurso
De momento, los abogados de Museo Hermitage Barcelona trabajan en el recurso contencioso que presentarán en los tribunales durante las próximas semanas. Tanto la sociedad que controla los derechos del museo como la Autoridad Portuaria de Barcelona presentaron recursos de reposición contra una decisión del pleno del Ayuntamiento en la que denegaba la autorización del puerto. Transcurrido un mes desde ese trámite administrativo, al que el Consistorio no ha respondido, se ha abierto la puerta de la vía judicial. A estas alturas, tras diferentes aproximaciones realizadas desde la parte socialista del Ayuntamiento, se considera imposible alcanzar un acuerdo. Ni la propuesta de crear una conexión más potente de transporte público presentada por el puerto ni la posibilidad de albergar parte de las actividades del Teatro del Liceo ofrecida por el Hermitage han fructificado.
El Ayuntamiento de Barcelona mantiene desde el principio una oposición frontal al proyecto que oficializó a través de cuatro informes que analizaban elementos culturales, de movilidad, urbanismo y económicos. Temían los problemas de congestión que podía generar el movimiento de visitantes hasta el museo, cuestionaban la viabilidad económica del proyecto y negaban la existencia de un “proyecto cultural” tras la franquicia, además de cuestionar el modelo por fiascos de apuestas similares en Ámsterdam, Ferrara y Londres. Desde el lado contrario se defiende todo lo contrario: que la propuesta tiene interés público; que la viabilidad económica está asegurada; que la Autoridad Portuaria es la que tiene competencia exclusiva, y que ningún proyecto alternativo compitió con el Hermitage para hacerse con la pastilla de suelo del puerto, por lo que se le asignó directamente.
Con información de Ferran Bono, Nacho Sánchez y Manuel Viejo.
Babelia
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