De juego de mesa soviético a película de Netflix: la historia detrás de ‘Los hombres lobo de Castronegro’
La plataforma anuncia una película basada en el juego nacido en los ochenta y popularizado en todo el mundo gracias a los universitarios de la URSS
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“El pueblo se duerme y cierra los ojos. Ahora, los hombres lobo despiertan y eligen a una víctima. Después, el pueblo abre los ojos. Cuando despiertan, uno de los aldeanos ha muerto”. Da igual que lea esto desde México, China, Marruecos, Estados Unidos o España, probablemente sepa de qué juego de mesa se trata: de Los hombres lobo de Castronegro o de alguna de sus múltiples versiones.
Los hombres lobo de Castronegro es uno de los juegos de mesa más populares de todo el mundo. En España, este juego de roles ocultos en el que los jugadores a los que les toque, al azar, una carta de lobo, tienen que eliminar a los aldeanos antes de que estos descubran su identidad, es uno de los pilares del catálogo del gigante de los juegos de mesa Asmodee. Según las cifras que la editorial ha facilitado a EL PAÍS, el juego ha vendido más de 150.000 copias en España en los últimos ocho años. Y eso, sin contar otras versiones, desde La asamblea del mal, la versión con personajes Disney publicada también por Asmodee, a versiones caseras como las jugadas con una baraja española o de póquer por miles de universitarios. Este juego está tan extendido que, el pasado 5 de febrero, Netflix anunció que prepara una película basada en él. Su nacimiento, sin embargo, fue mucho más modesto: el juego nació a mediados de los ochenta en una universidad de la Unión Soviética y con unos protagonistas bien distintos: los hombres lobo, antes de hacerse famosos, fueron mafiosos.
Cuando el pueblo duerme, otros seres despiertan. 'Los hombres lobo', una película basada en el juego de mesa de Thiercelieux, llega este 2024. pic.twitter.com/xPXwq1St7z
— Netflix España (@NetflixES) February 5, 2024
Por si no conoce el juego, empecemos por ahí: Los hombres lobo de Castronegro es un juego de cartas de roles ocultos (repartidos al azar) en el que, en cada ronda, los jugadores a los que les ha tocado el papel de hombres lobo tienen que elegir a otro jugador para eliminarlo mientras el resto de participantes mantiene los ojos cerrados (lo que se conoce como la fase de “el pueblo duerme”, y por la que también es conocido el juego). Después, todos los jugadores tienen que adivinar, por votación, quién es un hombre lobo. Si aciertan, habrá un hombre lobo menos en la aldea. Si no, eliminarán a un aldeano inocente. Los lobos ganan si eliminan a todos los aldeanos (para lo cual es importantísimo mentir y crear confusión en las votaciones) y los aldeanos si eliminan a todos los lobos. Para ello, pueden valerse de sus “poderes”, porque no todos los aldeanos son iguales: algunos tienen habilidades especiales, como la niña, que puede abrir los ojos cuando el pueblo duerme (pero si los lobos la descubren es eliminada), la adivina, que puede mirar el rol de otro jugador, el cazador, que puede eliminar a un jugador cuando él es eliminado…
Por su mecánica, las divertidas y frenéticas discusiones que se producen en la fase de votación, por su sencillez y por su posibilidad de adaptarse a grupos muy grandes (pueden jugar hasta 18 personas con el juego básico), el juego se ha convertido en un clásico tanto entre aficionados como el público familiar. La asociación cultural cordobesa Jugamos Todos, una de las referencias nacionales en divulgación de juegos de mesa, explica en su web que aunque antes de los 80 “ya podían existir algunos juegos de identidades secretas; como por ejemplo el comúnmente llamado Policías y ladrones en España (con cartas y guiños), el juego de Los hombres lobo supuso un indudable avance para la historia lúdica, con sus innovaciones para jugar en ambiente de diálogos, deducciones y traiciones; y también por su gran expansión social”.
De la mafia a los hombres lobo
El nacimiento de este juego tuvo lugar en la Universidad Estatal de Moscú a mediados de los 80. Allí, un estudiante llamado Dimitry Davidoff compaginaba sus estudios de Psicología con clases que impartía a alumnos de instituto. Para amenizar estas clases, ideó el juego de mesa que todos conocemos, aunque en esta versión, en vez de “aldeanos” y “hombres lobo”, había “honestos” y “mafiosos”. Puede ver las normas de este Hombre lobo primigenio en la antigua página web de Davidoff.
En un comunicado de Davidoff recogido en la web del diseñador de videojuegos Andrew Plotkin –muy importante en esta historia, ahora llegaremos a él–, Davidoff contaba que el juego, tras probarlo con sus alumnos, comenzó a jugarse en las fiestas de su residencia, “la más grande de Moscú, que albergaba miles de estudiantes de diferentes departamentos”, escribe. De ahí comenzó a saltar a otras residencias y los estudiantes que acudían a cursos en el extranjero.
Gracias al boca a boca, a estudiantes que viajaban a otros países y a la facilidad para preparar una partida, el juego no tardó en popularizarse por todo el mundo. Un reportaje de la revista de tecnología Wired sobre cómo Los hombres lobo se había vuelto extremadamente popular en Silicon Valley recogía testimonios de alguno de esos pioneros que propagaron el juego por el mundo en los 80. El músico y diseñador Fred Deakins fue uno de ellos: “Era el chico más popular de Tailandia simplemente porque, en cada albergue al que iba, me sentaba después de un par de cervezas y decía: ‘¿Alguien quiere jugar a este juego?’. Y la gente se arremolinaba como polillas alrededor de una llama. Fue increíble”, cuenta.
En 1997, una de esas “polillas” que se arrimó a la llama del juego fue el narrador y diseñador de videojuegos Andrew Plotkin. A él se le atribuyen dos hitos: fue uno de los primeros en empezar a difundirlo también por internet y cambió la temática de mafiosos a hombres lobo. “Pensé que las reglas eran brillantes, pero la temática me parecía arbitraria”, cuenta a Wired. “Quería encontrar un tema que encajara con enemigos ocultos que parecen normales durante el día, pero que son asesinos por la noche. Los hombres lobo eran la opción obvia”.
Así fue como surgió la versión con lobos que todos conocemos. Desde entonces, se han publicado muchas ediciones diferentes del juego, aunque la más popular es, sin duda, Los hombres lobo de Castronegro, diseñada en 2001 por los creadores de juegos de mesa franceses Philippe des Pallières & Hervé Marly y cuyo título original es Les Loups-Garous de Thiercelieux. De hecho, en su anuncio, Netflix mencionaba Thiercelieux y no Castronegro. Del proyecto de la plataforma, aunque en el tráiler solo aparece el nombre del del director, François Uzan, en la base de datos sobre cine IMBD ya aparece parte del reparto, que cuenta, entre otros, con Jean Reno. “Esperamos que la película cumpla con las expectativas del público y que suponga un antes y un después para uno de los juegos más vendidos de nuestro catálogo”, cuenta Pablo G. Rojo, director de nuevo negocio de Asmodee. Según las cifras facilitadas a EL PAÍS por la empresa, la línea al completo de Los hombres lobo de Castronegro (incluyendo expansiones y las distintas versiones editadas por el sello) alcanzó en 2023 la cifra total de 400.000 copias vendidas en España en los últimos 8 años, y con mas de 40.000 copias vendidas del juego básico solo en 2023.
Mucho lobo en la cultura popular
La de Netflix no será la primera adaptación a la pantalla de este juego. Hay varios videojuegos que lo han adaptado, como Un hombre lobo entre nosotros que, además, también se convirtió en una película en 2021.
El juego también aparece en la película francesa Le Brio y, aunque no sean adaptaciones propiamente dichas, la mecánica del juego también ha podido verse en éxitos como el programa Traitors, de HBO (el colaborador de EL PAÍS Juan Sanguino fue uno de los participantes y contó aquí su experiencia) o el popular videojuego Among Us.
Babelia
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