Dorsal 53. Julian Dean
El 'lanzador' australiano del Garmin sería un kiwi, único en su especie.- Su mujer trabajaba en un centro de protección y cría de este esquivo animal
Julian, veterano y experimentado ciclista neozelandés del Garmin-Cervelo de 36 años. Se mudó muy cerca de las verdaderas antípodas de su casa natal en Rotorua -atravesando imaginariamente el globo terráqueo hacia abajo hasta salir de nuevo a la superficie- hace ya unos cuantos años. La verdadera antípoda de Rotorua es Linares, en Jaén, pero él no afinó tanto y mudó su residencia a la costa levantina. Por cierto, Rotorua una de las zonas con más variada actividad geotermal y volcánica en la isla Norte del país. Un paraíso para los sentidos, aunque no precisamente para el olfato, con ese olor sulfúrico que raramente conseguirás esquivar.
Julian Dean. Dean como el malogrado actor; Julian pronunciado al estilo anglosajón, esto es, Yulian. Y no Julianín, como le dice con gracia otro compañero ciclista.
¿Qué animal podría ser Julian? Hoy lo tenemos fácil, un kiwi. Pero no por los motivos evidentes, esto es, que fue un animal único en su especie procedente de Nueva Zelanda hace ya unos cuantos años. Julian fue un pionero y en gran medida, motor del desarrollo del ciclismo profesional en su país.
Pero no, además de todo esto y del valor simbólico del kiwi para un neozelandés, es un kiwi porque su mujer trabajaba en su localidad natal en un centro de protección y cría de este esquivo animal. En una visita mía en mi periodo vacacional en las que Julian y su familia ejercieron de anfitriones y de guías turísticos, me llevaron a conocer este centro y pudimos ver incluso un kiwi que tenía apenas unos minutos de vida. Son animales de hábitos nocturnos que detestan la luz del día; viajando en coche te encuentras medio país con advertencias en las señales viales, pero difícilmente verás uno. Sus grandes predadores, fueron los mamíferos que no existían en Nueva Zelanda y fueron introducidos por los colonizadores. También las águilas y los halcones.
Un kiwi no vuela porque no tiene alas. Aunque Julian un día las tuvo -comenzó su carrera siendo un sprinter-, pero le fueron menguando con el tiempo y ahora se dedica a hacer su trabajo de lanzador en este Tour para corredores como Farrar o Hushovd. Trabajo que sabe hacer muy bien, por cierto. La experiencia es un grado.
Suerte en este Tour, dorsal 53, y enhorabuena porque te acabamos de ver en el podio junto a tus compañeros recogiendo el premio para el equipo ganador de la contrarreloj por equipos. Seguro que algo has tenido que ver, seguro.
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