De Paolo Rossi a Moggi
El episodio de apuestas ilegales en el campeonato de 1980 y la oscura trama de compra de árbitros de 2006, otros precedentes que enturbian el fútbol italiano
No es la primera vez que estalla un escándalo en el calcio antes de una gran cita futbolística. En 1980, a dos años del Mundial de España, Italia se vio envuelta en uno de apuestas ilegales. El Milan y el Lazio fueron descendidos a Segunda y jugadores como Paolo Rossi sancionados con tres años de suspensión. Solo una amnistía permitió al delantero estar en la cita española. Enzo Bearzot le convocó, fue el pichichi del torneo e Italia se llevó su tercer título.
Un mes antes de que viajara a Alemania para el Mundial de 2006, la selección de Marcello Lippi amaneció con las noticias del Moggigate. Luciano Moggi, ex director general del Juventus, había sido acusado de comprar árbitros para beneficiar a su equipo. La Juve bajó a Segunda y el Lazio y el Milan empezaron el campeonato siguiente con tres y ocho puntos menos respectivamente. Italia, que llegó al campeonato envuelta en nubarrones negros, consiguió aislarse y hacer piña y ganó su cuarto título.
El lunes pasado, a las seis de la mañana, la policía irrumpió en la concentración de la Italia de Cesare Prandelli. Buscaban a Criscito, en el registro de los investigados por amaño y apuestas ilegales. El lateral izquierdo fue excluido de la lista. “Comparar esto con lo de 2006 me parece un lugar común. Dicen que en los momentos difíciles el grupo se une más. Queremos jugar, ganar y salir limpios”, comentó Prandelli. De repetirse la historia, la Eurocopa sonreirá a la azzurra.
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