Márquez, marcando estilo
El de Honda usa una protección especial en los codos, vulnerables por cómo toma las curvas
“Así no se puede ir, terminará cayéndose”, vaticinaba en Catar Jorge Lorenzo, campeón del mundo, al comprobar cómo se descolgaba de su moto un Marc Márquez recién llegado a MotoGP. Pero llegó el primer domingo de carreras y el chico subió al podio. Y en el segundo, ganó; y ya es, a los 20 años, el más joven en apuntarse una victoria en la categoría. Llegados a Jerez, donde el protagonista esperaba mayores dificultades para coger confianza en una pista que nunca se le dio bien, Márquez concluyó el primer día en quinta posición y a tres décimas de Lorenzo. Y sigue descolgándose en las curvas como nadie antes. Marcando estilo.
“Sigue teniendo el estilo de Moto2, pero yo pensaba que no podría seguir pilotando así. He rodado mucho detrás de él y no puedo dejar de preguntarme: ‘¿Cómo puede ser?’ Creo que lo pensamos todos. Así no se puede pilotar, entra a cada curva totalmente tumbado y lo crees imposible, pero entra y sale a una velocidad admirable”, señala Álvaro Bautista.
Sigue teniendo el estilo de Moto2, pero yo pensaba que no podría seguir pilotando así", dice Bautista sobre Márquez
“El ir tan inclinado me ayuda a hacer los giros. Además, si juegas con el cuerpo encima de la moto puedes solucionar mejor algún imprevisto”, explicaba Márquez en Catar, donde arrancó la temporada. Para entonces ya había hecho trabajar de más a la gente de Alpinestars —la casa que le hace el mono—, pues al tumbar tanto en las curvas roza su codo con el asfalto durante unos metros y terminaba destrozando el equipo. “En Austin, durante los tests (en marzo), llevaba coderas de plástico y me duraban cinco vueltas”, confesaba. Esas coderas de poliuretano, idénticas a las que lleva, su compañero en Honda Dani Pedrosa, no le bastaban; así que en Alpinestars idearon unas que se pudieran poner y quitar, con velcro, como las rozaderas que se hacen para las rodillas —zona que sí se desgasta habitualmente—, para poder cambiarlas con mayor asiduidad el fin de semana sin destrozar el mono. Tampoco fue suficiente. “Ya observamos en Malasia que destrozaba la deslizadera e incluso el cuero”, cuenta Jeremy Appleton, de Alpinestars. Tuvieron que reforzar la zona con una pieza extra de magnesio —“porque con el titanio saltan chispas”, recordaba risueño Márquez—, más pequeña y más alta, que evita que el cuero sufra y pueda terminar dañándose el codo. Ahora es esa pieza la que va unida a la rozadera con velcro. Y el piloto la cambia cada día.
El efecto al verle trazar las curvas es que Márquez inclina más la moto que sus rivales para lograr un paso más rápido, pero los datos recopilados por Bridgestone, la única suministradora de neumáticos para MotoGP, lo desmienten. “Los ángulos que logra con la Honda no son muy diferentes de los que hacen el resto de pilotos; además, una inclinación exagerada provocaría un mayor desgaste del lateral del neumático y eso le perjudicaría en carrera. La mayoría provoca una inclinación de la moto de unos 60 grados, algunos llegan a 63, pero el suyo no es un caso excepcional, lo que le hace especial es cómo saca el codo, mucho más que el resto, y cómo eso le ayuda a compensar la inclinación”, explica Carmine Moscaritolo, de Bridgestone. “Puede que esté marcando estilo y los que vengan tras él empiecen a imitarle”, cierra Bautista.
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