Líder Griezmann, colíder Atlético
Un golazo del francés acaba con el Athletic, que no mereció la derrota
El cañón que Griezmann tiene en su pierna izquierda y esa versión de equipo machacón, que le da igual que se juegue poco o mucho mientras que le hagan poco daño y rentabilice las ocasiones, han aupado al Atlético al coliderato. Ante un gran Athletic, que no mereció la derrota, con la emotiva presencia de Raúl García, al que le venía al pelo el Agradecido carabanchelero de Rosendo que tronó por la megafonía, fue Griezmann el que marcó la diferencia definitiva con ese disparo atronador y certero. Su liderazgo como el futbolista rojiblanco más determinante es incuestionable.
Simeone cambió de inicio ese 4-1-4-1, con Gabi de pivote, que tan buen resultado le ha dado. Esta vez prefirió empezar con Koke y Gabi en el medio, Saúl a la derecha y Carrasco a la izquierda, con Vietto y Griezmann como pareja de ataque. Valverde le respondió con un 4-4-2, con Raúl García barriendo por detrás de Aduriz y por delante de su línea de centrocampistas.
ATLÉTICO, 2 - ATHLETIC, 1
Atlético: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe; Saúl, Gabi, Koke, Carrasco (Correa, m. 57); Griezmann (Savic, m. 87) y Vietto (Fernando Torres, m. 60).
Athletic: Gorka Iraizoz; Eneko Bóveda (Susaeta, m. 70), Xabi Etxeita, Laporte, Balenziaga; Iturraspe (Mikel Rico, m. 58), Beñat; Oscar de Marcos, Raúl García, Iñaki Williams (Kike Sola, m. 85); y Aduriz.
Goles: 0-1, m. 26: Laporte remata por raso en el segundo palo un saque de esquina. 1-1, m. 45: Saúl cabecea un córner de Koke. 2-1, m. 66: Griezmann, con un zurdazo desde el borde del área.
Árbitro: Martínez Munuera (C. Valenciano). Amonestó al visitante Aduriz (m. 73).
Unos 53.000 espectadores en el Calderón.
De la intensidad esperada y los grilletes tácticos resultó un partido para masticarlo, de esos en los que todo parece tener trascendencia, aunque la pelota estuviera en el medio del campo. Por momentos fue una batalla en cada movimiento con y sin balón de uno y otro equipo. Cualquier desajuste en las posiciones marcadas, cualquier mala entrega podía traducirse en riesgo. Giménez hizo dos para desesperación de su técnico. Está el chico con cierta falta de serenidad. Donde antes había un central sobrio en la salida de balón ahora hay uno que parece sentirse cuestionado y también atosigado por el buen hacer de Savic cuando le ha suplido. Está Giménez en uno de esos puntos clave en la carrera de un futbolista joven. Hasta ahora le había ido todo rodado. Ahora tiene que lidiar con esas dudas y ver si es capaz de sacárselas de encima.
No se encontró el Atlético a gusto en ese pantanal táctico. Sin poder dominar los espacios como le gusta ni arrinconar al Athletic con la presión alta porque con el 4-4-2 no la ejecuta tan bien, se parte más. Sí se manejó bien el Athletic, muy sencillo, pero con la ruta del juego en la cabeza muy clara.
Ahí emergió Beñat, que a veces parece un centrocampista de otra época por la templanza y los tiempos con los que trata de jugar. Durante muchas fases él marcó él ritmo e hizo daño batiendo líneas con pases filtrados. Incluso se le vio sacar una falta al área con el exterior, una suerte perdida y al alcance de muy pocos.
Con esa dinámica, fue el Athletic el que tuvo la primera gran ocasión. Un pase largo de Laporte lo pinchó Aduriz, que de seguido enhebró una vaselina que con otro portero de menos envergadura hubiera sido gol. La exquisita y punzante maniobra, que acabó en saque de esquina, confirmó que está de dulce y que merece una oportunidad en la selección. El córner, peinado por Griezmann hacia atrás, le cayó a Laporte en el segundo palo para empujarlo al borde de la media hora de juego.
Poco antes del gol, Simeone ya había vuelto al 4-1-4-1, que es el mejor dibujo que el equipo interpreta ahora mismo. Sin hacer un juego excelso, con Carrasco incapaz de marcharse de De Marcos y Bóveda, con Vietto menos acertado que en Lisboa, al menos la presión adelantada le sirvió para medio encajonar al Athletic. Carrasco cazó un balón suelto en la frontal y su disparo exigió a Iraizoz, que lo mandó a córner. Koke lo puso en el primer palo y allí se adelantó Saúl para empatar en el descuento de ese primer acto. Dos goles de saque de esquina, muy propio del partido que se estaba dando.
Los de Simeone vencieron con más oficio que juego, pero ahí está, codo a codo con el Barcelona en lo alto
Pese al varapalo de encajar el empate en ese tiempo tan dañino que es al borde del descanso, el Athletic no se descompuso. Beñat siguió mandón en el inicio del segundo tiempo y de sus botas salió otro pase envenenado que dejó pasar Iñaki Williams para dejar solo frente a Oblak a Aduriz, que remató al cuerpo del esloveno.
Correa y Torres
La ocasión marcó un punto de inflexión, Simeone metió a Correa por Carrasco y a Torres por Vietto. La vuelta de tuerca de más generó unos instantes de dominio rojiblanco, más por empuje que por juego. Una mal control de Mikel Rico, que había entrado por Iturraspe, saliendo del área fue a parar a la zurda de Griezmann. El golpeo contundente retumbó en el estadio. Fue un misil a media altura pegado al palo derecho de Iraizoz. Un chicharro bueno, que le daba la vuelta al marcador.
Fue el momento de Simeone, de azuzar a la grada y de electrizarla. Sin embargo, esto no se tradujo en un avasallamiento al Athletic, que tampoco se deshizo y siguió empujando hasta el final. Tanto que obligó a Simeone a meter a Savic por Griezmann. No se atrevió el técnico del Atlético a dormir el partido con Óliver. Prefirió un tercer central para contrarrestar a Sola. Metido en su área, maldiciendo el tiempo de más concedido por el colegiado, se coronó como colíder. Lo hizo con más oficio que juego, pero ahí está, codo con codo con el Barça. Mientras, en el Calderón, se celebraba con el [I can't get no] Satisfaction de los Rolling. Puro Atlético.
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