El Real Madrid recompone su figura ante un enclenque Unicaja
Tras la paliza sufrida ante el Baskonia, los de Laso logran una cómoda y balsámica victoria liderada por Doncic ante un rival hipotenso (89-57)
El Real Madrid recompuso su figura a costa de un Unicaja hipotenso y logró su quinta victoria en la Euroliga después de tres derrotas consecutivas ante Khimki, Maccabi y Baskonia. 48 horas más tarde de la tunda de Vitoria, el conjunto malagueño pagó los platos rotos y salió escaldado del WiZink Center. El propósito de enmienda de los de Laso se encontró con la débil oposición de los verdes, lastrados por la ausencia de Nedovic. Al descanso, los locales habían encajado 27 puntos, los mismos que en los siete primeros minutos del partido en el Buesa Arena. Al final, 57, siete menos que en la primera mitad del martes. Con mucha solvencia y poca exigencia enemiga, Doncic (13 puntos, 10 rebotes, seis asistencias y 28 de valoración), Tavares, Rudy y Carroll (17 puntos con 5 de 7 en triples) gestionaron la salida del atolladero.
“No estamos tan bien”, apuntó Laso apelando a la prudencia a primeros de noviembre, en la víspera del encuentro de Euroliga ante el Khimki. Entonces su equipo estaba invicto en las dos principales competiciones y sumaba 10 triunfos consecutivos a pesar de haber comenzado a sufrir el martirio de las lesiones graves (Llull, Kuzmic, Randolph). Desde entonces, cuatro derrotas en cinco partidos y, en la única victoria –ante el Iberostar en Tenerife-, otra baja más, la de Ayón. A la plaga se unió la ausencia de Thompkins durante un mes por un problema familiar grave. Con el fichaje, Walter Tavares, adaptándose a marchas forzadas llegó una nueva lesión de Randolph –fractura por estrés en el tercer metatarsiano del pie derecho tras recuperarse en 15 días de su luxación de hombro-. La calamitosa secuencia de catastróficas desdichas quedó retratada en la mayor paliza recibida en la era Laso (la segunda derrota más abultada de los blancos en 61 años de competiciones europeas), el 105-75 en Vitoria ante el Baskonia del martes. Con semejantes aprietos recibía el Madrid a Unicaja, exigido por su irregular balance en el torneo y con su jugador franquicia, Nedovic, también lesionado.
Los infortunios obligaron a Laso a configurar otro quinteto asimétrico para afrontar la cita: Campazzo, Causeur, Doncic, Maciulis y Tavares. Y, entre dudas y desajustes, el duelo comenzó destemplado para los blancos. No lo aprovechó un inestable Unicaja que permitió al Madrid encontrar pronto el paso que necesitaba. Con la hiperactividad de Campazzo, los puntos de Causeur y los rebotes de Doncic, los de Laso generaron el primer descosido en la defensa rival (26-12, m. 13). La joya eslovena, que en los prolegómenos del partido recibió el galardón de mvp de la Euroliga del mes de octubre, comenzó a recuperar las sensaciones de hace unas semanas y a poner en jaque a su rival. Fue coser y cantar para los blancos.
Doncic, el jugador más valorado del Madrid en las siete primeras jornadas europeas, volvió a reclamar el balón y los focos y, acompañado por un notable Rudy, volvió a poner en jaque a Unicaja. Hace menos de un mes, en la quinta jornada de Liga, los de Plaza cayeron en el mismo escenario sin oponer resistencia ni encontrar antídoto para Carroll (29 puntos y cinco triples aquel día; 17 y otros cinco bingos desde el 6,75 hoy). Esta vez, se repitió la inercia y antes del descanso los locales consolidaron un dominio cómodo y balsámico (38-22, m. 18). En la primera mitad, los de Laso dominaban el rebote, el tiempo del partido y todos los porcentajes de tiro. Apenas Brooks y Alberto Díaz se salían del inerte guion del conjunto malagueño. Pocos aprietos para un Madrid con tres pívots sanos y muchas tribulaciones tras el zarandeo de Vitoria.
Nada cambió tras el paso por los vestuarios. No paró el Madrid. No despertó Unicaja. Tavares (de lo poco salvable ante el Baskonia, con 10 puntos, siete rebotes y 18 de valoración) comenzó a sentirse cómodo, apuntando sus grandes prestaciones, anunciando lo que viene. Coincidiendo con los mejores minutos del caboverdiano, interrumpidos por su cuarta falta, llegó la sentencia madridista (47-29, m. 23). De ahí en adelante, los blancos soltaron la tensión acumulada por la secuencia de derrotas con mates de Taylor, florituras de Doncic, triples de Carroll… La diferencia se fue más allá de los 30 puntos (86-52), como si los blancos tuvieran la necesidad de borrar la afrenta del Baskonia con guarismos similares en una noche que acabó con la parroquia coreando a Laso.
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