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Sampaoli: “Mbappé nos hizo sentir su momento”

El técnico de Argentina, criticado por la afición, deja las valoraciones aparte tras una derrota sin argumentos que conlleva el adiós de Mascherano

Jordi Quixano
Messi, cabizbajo durante el duelo ante Francia.
Messi, cabizbajo durante el duelo ante Francia.DYLAN MARTINEZ (REUTERS)

Cuando Mbappé marcó el tercer tanto, cuando Francia le dio la vuelta a un marcador más por la lógica y el fútbol que por empeño, Lionel Messi bajó la cabeza, se atuso el flequillo y transitó con caminar pesaroso menos en las contadas ocasiones que sus compañeros le tiraron una bola redonda. Hizo un eslalon mal completado con la derecha y filtró un pase estupendo a Agüero, que no supo embocar; después, le puso un centro que el 9 sí remató a la red, ya con el tiempo agonizando. Poco más del 10 en el encuentro, como en el Mundial, anoche sobrepasado por la zancada, atrevimiento, quiebro y remate de Mbappé, que pidió su turno para entrar en los libros del fútbol. Tan petrificado se quedó el 10 tras la derrota que le costó abandonar el campo entre palmadas y piropos de los rivales, a los que apenas podía dar contestación. Era el final de Messi en la Copa del Mundo, posiblemente también la última oportunidad de conseguir el trofeo más preciado en el planeta balón, por más que no le haga falta para significarse como el mejor de la historia. Para su infortunio, tampoco lo fue de la de Rusia.

“Se terminó toda esta historia. Dimos todo hasta el final pero nos encontramos ante un gran rival”, reflexionó Mascherano con lágrimas en las cuencas de los ojos. “Tenemos mucha tristeza porque queríamos pasar”, acertó a decir Mercado, que logró el 2-1 momentáneo. “Hicimos un enorme esfuerzo sin jugar bien y nos dieron la vuelta tras el gol que nos encontramos”, añadió, en referencia al tanto que marcó tras el chut de Messi, tras poner el pie sin querer para desviar la pelota y poner la duda en Francia. “Más allá de las dificultades en el juego que tuvimos, en la última jugada Argentina la fue a buscar”, enfatizó Sampaoli, que aderezó la derrota con excusas. “Francia tenía una doble experiencia con Deschamps en el banquillo y eso da un poco de ventaja… Y nosotros veníamos de una eliminatoria difícil, apenas tuvimos tiempo para trabajar…”. Nada que saciara la tristeza argentina. “Porque cuando pasamos a ganar el partido, nos duró poco”, analizó el técnico argentino.

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Si duró poco fue porque Mbappé estaba en erupción. “Sabíamos que Francia es un equipo muy rápido en las transiciones y de su velocidad tras la pérdida. Encontraron a Mbappé que tuvo un momento increíble y nos hizo sentir ese momento”. Recogió la palabra el delantero francés. “Estamos contentos. Me siento bien como mis compañeros, sabíamos que juntos podríamos hacerlo”, replicó el MVP del partido, un Mbappé que fue cortado por la aparición de Griezmann y su: “¡Viva Francia y viva la República!”. Peor de ánimos andaban a escasos metros, en un vestuario argentino por donde han desfilado tres entrenadores en la fase de clasificación: Tata, Bauzá y Sampaoli. Ninguno pareció dar con la clave y ninguno compuso fútbol alrededor del 10. Pero al que se le achaca la derrota, el adiós a un Mundial con garra pero sin juego, es a Sampaoli, que acabó el duelo como lo empezó, sin Dybala sobre el césped, quizá el único junto a Banega que podía mezclar en condiciones con Leo. “Chau Sampaoli, no pises más el Cilindro”, “quédate en Rusia y no vuelvas más” o “fuiste lo peor que nos pasaste en la vida” fueron alguno de los piropos que aliñaron las redes sociales, continuados por otro tipo de improperios tan extrañamente celebrados en la sociedad por ingeniosos como por faltones.

“Nuestro sueño era llegar hasta el final y no pudimos conseguirlo. Estamos muy tristes, esa es la realidad”, aceptó con la cabeza gacha Mercado. “Fue un partido muy loco donde no empezamos bien, nos recuperamos y lo dimos vuelta, pero el empate de ellos nos hizo muchísimo daño”, agregó Mascherano, sin esa autocrítica que le ha definido durante toda su carrera, quizá porque el varapalo también le sobrecogió por ser su último partido con la Albiceleste. Se avecinan cambios en la selección, al menos la del técnico y la de Mascherano –sumó 146 partidos, más que ningún otro-, que ya advirtió de su adiós hace unos meses. “A partir de ahora seré un hincha más de Argentina. Se terminó. Te rompe la ilusión porque es hora de decir adiós”, convino ayer entre sollozos. Ilusión perdida porque Argentina pretendió jugar con corazón y alma antes que con fútbol, hasta el punto de que Di María festejó su tanto reivindicando el tamaño de sus testículos. Nada más lejos de la realidad de Messi. “Ojalá que siga y sigan, de eso se trata la vida”, expuso El Jefecito. “Estar acá es donde quise estar. No evalúo otra cosa”, cerró Sampaoli cuando le cuestionaron por su continuidad.

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