Toyota se la juega a Fernando Alonso
El equipo japonés impide con su estrategia en los talleres que el asturiano logre el triunfo en las 6 Horas de Resistencia de Shanghái
En una maniobra que seguramente traerá cola, Toyota interfirió de manera decisiva en el transcurso de las 6 Horas de Resistencia de Shanghái y decantó definitivamente la victoria a favor del coche conducido por Kamui Kobayashi, Mike Conway y José Maria López. La cruz de la moneda fue esta vez para la tripleta formada por Fernando Alonso, Kazuki Nakajima y Sebastien Buemi, a quienes el constructor japonés les hizo una jugarreta difícil de justificar a quienes salen perjudicados, de esas que los equipos de Fórmula 1 les hacen a sus rivales cuando no pueden superarles en pista.
Se habían completado dos tercios de una carrera marcada por la lluvia y las interrupciones que esta provocó, y el español había sido capaz de colocarse al frente del pelotón –arrancó el segundo– y de abrir un hueco considerable sobre el segundo prototipo de Toyota. Entonces, el incendio del ByKolles de Tom Dillmann precipitó la salida del coche de seguridad y el desenlace de la prueba: en vez de llamar a los talleres a Alonso para que realizara su parada, quien entró fue Kobayashi, que se reincorporó como líder, una posición que su bólido ya no abandonó hasta que cruzó la meta. Una decisión de lo más extraña si tenemos en cuenta que en la mayoría de los casos la preferencia la tiene siempre quien circula delante.
La diferencia de 12 segundos a favor de Alonso y su tropa se convirtió en una desventaja de 20 a favor de Kobayashi y los suyos, que a partir de ese momento no tuvieron más que poner el piloto automático y limitarse a dejar que pasara el tiempo hasta cruzar la meta como ganadores. Los menos de dos segundos que Conway le sacó a Nakajima al final no fue más que un infructuoso intento de Toyota por tratar de hacerle creer al personal que el campeonato en el que centra todos sus esfuerzos tiene su gracia.
La gestión de la cúpula deportiva del constructor japonés provocó, eso sí, que la parte alta de la tabla general de puntos se estreche. El grupo de Alonso llegó a Shanghái con 12 puntos de ventaja al frente de las estadísticas y abandonaron China con solo cinco de colchón sobre sus compañeros, un buen mordisco que deja el título abierto para el tramo final del Mundial (WEC). Más aún si tenemos en cuenta que las próximas dos pruebas, las 1000 Millas de Sebring (Estados Unidos) que se disputarán en marzo del año que viene, y las 6 Horas de Spa (Bélgica), en mayo, puntuarán el doble. Habrá que ver hasta qué punto Toyota es capaz de mantener la armonía entre los integrantes de los dos prototipos que gestiona, sobre todo en un certamen en el que corren prácticamente solos porque el resto de contendientes está a años luz.
Toyota se disculpa con el español
El cabreo de Alonso puede darse por descontado después de que el ovetense se negara a realizar ningún tipo de declaración una vez terminada la prueba. Sí lo hizo Toyota por boca de su director, Rob Leupen, que se mostró tan contento por el doblete conseguido como avergonzado por las formas en las que se consiguió.
“Fue un error y les pido disculpas a Alonso, Buemi y Nakajima. Lo que ocurre es que cuando llegó el momento de tomar la decisión optamos por proteger el triunfo de un Toyota. Estamos contentos por el doblete pero no por el coche número 8 –el de Alonso–”, se excusó el ejecutivo. “Entiendo que Fernando esté decepcionado. Ha hecho unas grandes tandas. Para el equipo fue bien y esta vez para el coche 8 no y lo siento”, remachó Leupen. Alonso, por su parte, se desplazará esta semana que viene hasta Abu Dabi, donde el fin de semana que viene afrontará la que será su última carrera como piloto de Fórmula 1, por más que el ovetense ya haya comenzado a marear la perdiz con la posibilidad de regresar al gran circo con vistas a 2020.
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