Pellegrino: “La tecnología puede ser una adicción como el tabaco”
El técnico de Leganés defiende la pedagogía y el compromiso de equipo ante su partido con el Barcelona al que ha ganado dos veces
Mauricio Pellegrino (Córdoba, Argentina, 47 años) destaca un concepto simple, muchas veces incómodo, naturalmente formativo: ¿el porqué? “Siempre hay que preguntar por qué”, subraya el entrenador del Leganés. “Uno de los grandes cambios en mi vida fue cuando me comenzaron a explicar el porqué de las cosas. Esa es la manera: se aprende mejor cuando te enseñan”. Quizá porque todavía guarda un profundo amor por el campo, Pellegrino parece que nunca tiene prisa. Se toma su tiempo para reflexionar las respuestas, ajeno al reloj. Mucho más cuando habla de fútbol, potenciado si lo mezcla con la educación. “Un día leí un reportaje en El País sobre un colegio en San Sebastián que mezclaba a los alumnos de acuerdo con sus gustos y habilidades y no a sus edades. Lo más grandes les enseñaban a los más chicos. Si enseñas es que lo entiendes”. Pasa en la vida, pasa en un equipo de fútbol.
“Mauricio tiene algo fundamental como entrenador: al final de la temporada eres mejor futbolista. Te enseña a partir del trabajo, y acabas por entenderle”, opina Manu García, que coincidió con el argentino en el Alavés, finalista de la Copa en 2017. “Nunca te engaña y te dice las cosas a la cara”, añade Rodri Tarín, jugador del Leganés. “¿De dónde sale mi vocación docente?”, se cuestiona Pellegrino; “busco solo una mejora en lo colectivo y en lo individual. Esa es mi gran satisfacción. Soy entrenador, pero me siento educador. Trato de transmitir lo que me enseñaron a mí: Bianchi fue muy docente; Benítez, pedagógico; Van Gaal y Bielsa, conceptuales. Todos me han enriquecido. Y de eso se trata”.
Valverde: “La justicia tiene que ser clara”
Motivador como Bianchi, trabajador como Benítez, táctico como Van Gaal, los equipos de Pellegrino son reconocibles. “Te dice claramente lo que tienes que hacer, exige mucha disciplina y no deja nada al azar. Sus equipos son difíciles de batir. Las cosas no pasan por casualidad”, explica Manu García. Este domingo (20.45, Movistar Partidazo), el Leganés visita el Camp Nou, una cancha que ya conquistó Pellegrino, capaz de batir al Barça con el Alavés y el Leganés. “Perdí muchas más veces de las que le gané. No hay una receta. Recuerdo que en el partido del Alavés, Messi erró un gol bajo del arco. Cuando pasa eso, es que se te alinearon los planetas”, asegura en conversación con este diario. Y analiza al equipo de Valverde: “Está por encima del resto, en lo futbolístico y en lo individual. Cree en lo que hace, tiene una gran autoestima y nadie le pone en tela de juicio. Además, tiene experiencia y cuenta con los mejores del mundo. Está muy lejos, por ejemplo, de lo que es Leganés. Así que si uno lucha con sus mismas armas hay muchas posibilidades de perder”.
Saturación de fútbol
Vive Pellegrino pendiente de la pelota. “Cuando tengo tiempo libre, el fin de semana es una condena: no me puedo levantar del sillón. Termina la Premier y empieza la Liga, sino la liga argentina. Si te descuidas te pasaste todo el día sentado”, explica. Una cuestión de pasiones para Pellegrino, difícil de entender para un futbolista moderno a los que les cuesta ver un partido completo. “Los jóvenes tienen muchísimas distracciones. Reciben todo tipo de estímulos, todo el tiempo: redes sociales, noticias de ellos, agentes, marcas publicitarias… Nosotros, lo único que teníamos era el fútbol. Entonces, solo pensábamos en el fútbol”, analiza. Y añade: “Antes mirabas un partido el viernes, dos el sábado y los goles el domingo. Hoy, el lunes hay tres encuentros; el martes, cuatro; el jueves, siete; el sábado, 15 y el domingo, 30. No es que a los chicos nos le interese, es que están sobrepasados. Los espaguetis son buenos, pero si los comes cada 20 minutos…”.
Le preocupa a Pellegrino el uso desmedido de la tecnología. “Puede ser una adicción como el tabaco o el alcohol”. La receta: menos móviles, más deporte. “Un equipo es algo fantástico. Todos juntos podemos hacer algo más grande a lo que puede hacer cada uno por separado. Ese es secreto. Yo necesito de utillero, del cocinero, del chófer, del directivo… solo no puedo hacer nada. Y los jugadores necesitan de todo eso, más sus compañeros. Cuando uno entiende eso, es maravilloso. A mí es lo que más me fascina de esto”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.