Jorge Almirón dimite como entrenador del Elche
El entrenador argentino deja el cargo tras caer su equipo ante el Celta (3-1)
En plena amnesia de la victoria Celta y Elche se cruzaron en Balaídos en un partido que se definió a fogonazos. Prendió la luz del triunfo el equipo vigués, que no había ganado en el nuevo año, pero que laminó a un rival (3-1) que no suma los tres puntos desde el 23 de octubre, encadena 16 jornadas sin ganar y se distancia en once puntos del equipo vigués, referencia importante para el cuadro de Balaídos si se entiende que el Elche peleará por la permanencia, lucha que quiere evitar el Celta. Tras el encuentro, el entrenador argentino del Elche, Jorge Almirón, presentó su dimisión.
Todo empezó a definirse en un visto y no visto. Fue como un parpadeo. Dos fogonazos en los que Iago Aspas ejerció de muñidor, de regista para orquestar dos goles que echaron por tierra la labor de un Elche esforzado. El tópico define como gol psicológico el que se encaja inmediatamente antes del descanso. No se conoce definición cuando se reciben a pares. De lo que puede dar fe el Elche es que el sopapo es descomunal. Por el desagüe se fue su esfuerzo, el de un inicio audaz en el que Lucas Boyé puso a prueba al meta Rubén Blanco y en el que los espacios se redujeron para generar problemas a la circulación de balón celeste.
Estuvo incómodo bastante tiempo el Celta, desconectado de sus futbolistas de ataque, ocupado en resolver incendios en otros espacios, acuciado por la fe del rival, que olfateó el gol con una volea cruzada de Raúl Guti apenas superada la media hora de juego. Para entonces el Elche ya había atisbado que nada le iba resultar sencillo: tuvo que gastar dos sustituciones por sendas lesiones de Josan y Mojica, algo así como dos puñaladas en los costados.
El mérito del Celta consistió en apretar dientes y bregar en el desgaste del rival. Y a partir de ahí llamar al talento. Por ahí Iago Aspas interpretó que su partido estaba más lejos de la portería rival de lo que es habitual. El genio de Moaña retrasó unos metros su radio de acción y el juego de su equipo se aclaró como si ante él se abriese un soleado horizonte en la playa de Samil. Aspas se lo mostró a Nolito, que empaquetó dos regalos consecutivos, uno a Santi Mina, otro a Brais Méndez.
Tras igualar dos tantos en la jornada anterior al Villarreal no cabía esperar la rendición del Elche. Marcó a los cinco minutos del regreso, en una acción rocambolesca en la que el portero local trató de evitar un córner y generó un gol de Rigoni. Pero no acabó de entrar en el partido. El cuadro local metió una marcha más con la entrada en el flanco derecho de Solari, que regaló el gol de la sentencia a Santi Mina. Y seis jornadas después volvió a ganar el Celta, que en la próxima jornada, en Mestalla, no dispondrá ni de Aspas ni de Brais Méndez por acumulación de amonestaciones.
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