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Codo a codo entre Castilla y Bilbao Athletic

En 1983, los dos filiales reunieron a 85.000 espectadores en el Bernabéu

Butragueño le hace un quiebro a Bolaños.
Butragueño le hace un quiebro a Bolaños.

El 3 de diciembre de 1983 estableció un récord sensacional en nuestro fútbol: 85.000 espectadores para un partido de Segunda División. Se trataba de un pulso entre dos grandes canteras, las del Madrid y el Athletic.

Castilla y Bilbao Athletic pisaban fuerte en una Segunda en la que había otros dos grandes filiales, los del Barça y el Atlético. El Castilla tenía cautivada a la afición: no hacía ni tres años que había llegado a la final de Copa tras eliminar entre otros a Athletic, Real Sociedad y Sporting, hasta caer en la final ante el Madrid. En cuanto al Bilbao Athletic, sólo tres días antes había aportado siete jugadores a la victoria (0-1) del Athletic mayor en el Camp Nou, final de la Supercopa. Aquello no dio el título, pues el Barça había ganado 1-3 en la ida, pero la decisión de Clemente de jugar la vuelta con tantos del filial le dio al triunfo un alcance mayor. Los nombres de los elegidos hablan de la categoría de aquel filial: los hermanos Patxi y Julio Salinas, Andrinúa, Pizo Gómez, Murúa, Bolaños y Rubén Bilbao.

Respecto al Castilla, era el de La Quinta del Buitre, cuyo ataque maravillaba. Junto a los cinco célebres había futbolistas de gran futuro: Ochotorena, Francis, Martín González...

Y los entrenadores eran dos leyendas, queridísimos y respetadísimos aún hoy por la afición de toda España: Amancio e Iribar.

A seis jornadas para terminar la primera vuelta, algunos de los jugadores ya estaban en el ascensor. El Castilla jugó este partido sin Sanchis ni Martín Vázquez, subidos ya por Di Stéfano al Madrid grande, y el Bilbao Athletic sin Patxi Salinas, del que echaba mano con frecuencia Clemente.

El reventón del Bernabéu creó incluso celos en el equipo mayor, que aburría y no lograba llenar el estadio. Pero tanta gente abrumó a las todavía promesas, que ofrecieron un partido cauteloso con un fútbol inferior al que venían haciendo. El Bilbao Athletic jugó muy atrás, más aún desde la expulsión de Bolaños en el 37′ por entrada por detrás a Pardeza. El único gol lo marcó Butragueño de cabeza en el 35′, a saque de falta de Míchel.

La visita del Castilla a San Mamés se produjo el 22 de abril y sólo reunió a 20.000 personas porque era Semana Santa y 15.000 bilbaínos acompañaron al equipo mayor a Valencia, donde ganaría 1-2. El Bilbao Athletic recibía al Castilla tras repetir su partido con el Cartagena por un caso borroso de alineación indebida. En primera instancia, había ganado 3-1 al Cartagena en Las Llanas, pero la presencia de Patxi Salinas en el equipo provocó una reclamación. Los jugadores del filial podían subir al equipo mayor y bajar con un límite de 10 partidos de presencia arriba. A partir del 10 no podían regresar a filial. Patxi Salinas los había cumplido, pero sólo ocho en Liga. Los otros dos fueron los de la Supercopa. Ante la imprecisión de la norma, la Federación tiró por la calle de en medio y decidió repetir el partido en campo neutral. Y cuatro días antes de recibir al Castilla, el Bilbao Athletic se enfrentó al Cartagena en Vallecas, con resultado de 0-0.

Amancio dirigía al Madrid de la Quinta del Buitre; Iribar entrenaba a los hermanos Salinas

El partido de San Mamés fue mucho más bonito que el del Bernabéu. El Castilla hizo un primer tiempo sensacional, pero el meta Iru estuvo sembrado. La expulsión del madridista Sánchez Candil equilibró las cosas en la segunda parte. El resultado fue 2-2.

En la última jornada el Bilbao Athletic tenía 50 puntos y el Castilla, 49. La victoria daría el título a los bilbaínos, pero tenían una difícil salida a Elche, donde el local se jugaba el ascenso. El Castilla tenía el goal average particular ganado, así que con recuperar un punto sería campeón. Recibía a Las Palmas, que no se jugaba nada. En Elche, el filial bilbaíno cayó por 4-0. En el Bernabéu, ante 25.000 espectadores, Las Palmas se puso 0-2 en 10′, pero el Castilla consiguió igualar ya antes del descanso con dos goles de Míchel. A esas alturas era ya el único representante de La Quinta, pues Pardeza y Butragueño también habían subido, lo que explica que menguara la asistencia de público. El Castilla fue así campeón de Segunda a los tres años de ser finalista de Copa. Julio Salinas fue máximo goleador con 23 tantos por 21 de Butragueño.

Obviamente, ninguno de los dos podía ascender, por ser filiales. Subieron el tercero, cuarto u quinto: Hércules (45 puntos), Racing (44) y Elche (43).

Y, lo que son las cosas, los equipos mayores acabaron también la Liga empatados, estos a 49 puntos. Pero en este caso, el ganador por goal average fue el Athletic.

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