El debutante Francisco deja muy tocado al Cádiz de Cervera
Triunfo vital del Elche ante un conjunto andaluz que acumula tres derrotas seguidas en puestos de descenso
Hay un punto de identificación en un futbolista como Lozano con el Cádiz. El delantero hondureño lo hace casi todo bien, tiene una velocidad desequilibrante y es un valor seguro. Sin embargo, juega al fútbol con una ansiedad y unos nervios que, al final, le impiden dar el rendimiento adecuado. Valga la comparación para reflejar la situación de un Cádiz hecho un manojo de nervios, al que casi todo le sale mal aunque haga muchas cosas bien. De esa situación algo paradójica se aprovechó el nuevo Elche de Francisco en el banquillo. Un equipo que se sostiene por la vitalidad de sus delanteros, Lucas Pérez y Boyé, y que sufre una barbaridad en defensa, donde ni sus medios ni sus centrales ofrecen seguridad. Un Elche que supo golpear en el momento adecuado para llevarse tres puntos de oro en el estreno de un Francisco que se desgañitó en la banda. En el camino, el Cádiz falló un penalti que hubiera supuesto el 1-1, Sobrino erró con todo a favor en el área pequeña y el propio Lozano envió un disparo al larguero también con el 1-0.
El Elche supo resistir, a veces con demasiada brusquedad, encadenando una amarilla tras otra para hacerle el partido imposible a este Cádiz que se desploma en la tabla. Los andaluces se quedan en puestos de descenso tras sumar solo siete de los últimos 33 puntos y tres derrotas consecutivas. Los de Francisco respiran con una victoria de oro dos meses después de la última. El Cádiz ha perdido la magia del pasado curso. Es posible que mereciera el empate, pero el gol que concedió tras el pase en largo de Gumbau sobre Morente no hubiera llegado cuando era mucho más fiable desde el punto de vista defensivo. El balón en largo cogió a su defensa totalmente descolocada, con lo que el extremo del Elche se recreó en una gran acción para hacer el segundo tanto. Francisco debutó con buen pie y Álvaro Cervera no logra enderezar la marcha de su Cádiz, bastante tocado. Incluso la esperanza que le dio su gol en el descuento, el 2-1, le duró un suspiro con el 3-1 de Josan. Cervera, a pesar de ser una institución en Cádiz, se jugará su puesto en el importante derbi regional de la próxima jornada ante el Granada.
Al Elche le sirvió su ímpetu inicial, traducido en un disparo al palo de Boyé y un penalti, más bien penaltito según Carlo Ancelotti, de Chust a Lucas Pérez. Fidel anotó por segunda ocasión consecutiva y ahí se detuvo el Elche. Con un gol en contra, el partido fue del Cádiz, muy bien conducido por Iza, que abandonó el lateral para actuar de centrocampista. Ahí regateó con soltura, como cuando fichó por el Betis en edad de cadete, y disparó para que Badía repeliera y el lentísimo Roco le hiciera penalti a Lozano en el rechace. De nuevo la contradicción en el Cádiz. Lozano estuvo muy listo provocando el penalti y un seguro de vida como Álex Fernández lo envió al palo. Daba la impresión de que no era la tarde del Cádiz.
El Cádiz lo intentó en la segunda mitad. Estuvo cerca del empate. Le falta ese punto de acierto que le acompañó durante mucho tiempo y que ahora no aparece por ningún lado. Lozano envió el balón al larguero después de que Sobrino fallara una ocasión clarísima. Incluso el colegiado Muñiz Ruiz no mostró una clara segunda tarjeta amarilla a Marcone. Francisco lo vio claro y quitó al centrocampista argentino, dando entrada a Gumbau. Nada más salir, Gumbau se sacó de la chistera un balón en largo muy preciso que Morante convirtió en el segundo tanto. El Cádiz lo siguió intentando en un choque muy duro, plagado de amarillas, que tuvo un final con dos goles. Uno sembró cierta esperanza en el Cádiz, aunque duró muy poco, apenas un minuto. Este equipo de Cervera lo está pasando muy mal.
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