Alejandro Valverde: “Quiero disfrutar y correr sin presión”

Después de ganar el maillot arcoíris en 2018 que le señalaba como campeón del mundo, admitió que se le había quitado el hambre y tenía que atender demasiado a los micros cuando la bicicleta le reclamaba más dedicación. Y estos días son similares en cuanto al eco de los medios, pues Alejandro Valverde (Murcia; 42 años) es la figura del pelotón, el más veterano, el ciclista que correrá su última Vuelta antes de bajarse de la bicicleta al final de curso. “Cinco minutos de entrevista”, advierten en el equipo de prensa del Movistar; “tenemos muchas peticiones”. Y, aunque se estiran un par de preguntas más, no hay espacio para profundizar porque de tan apretada que anda su agenda, Valverde realiza la entrevista al tiempo que recibe un masaje. Luego le queda la presentación oficial de los equipos —Movistar lucirá de blanco y no con el azul habitual, quizá por eso del Mundial—, un paseo en barca y la cena de antes del estreno. En su caso, el decimosexto debut en La Vuelta.

Pregunta. ¿Cómo llega físicamente a La Vuelta?

Respuesta. Mejor que en Burgos, que era el objetivo que me marqué después del accidente [fue atropellado junto a varios acompañantes por un coche y el caso está pendiente de juicio]. Pero bastante bien en general.

P. ¿Entiende lo que ocurrió en ese accidente?

R. No quiero hablar de eso. Lo viví, pero quiero olvidarlo.

P. Pues, ¿cuál es su objetivo en esta Vuelta?

R. Que me acompañe la salud, que no haya caídas y ayudar a Enric [Mas]. Creo que está bien —lucha contra un bloqueo en los descensos después de tres caídas en el año— y que ha superado su adiós en el Tour (por la covid). Le he aconsejado que llegue tranquilo. La forma y la clase la tiene, eso no se pierde de un día para otro. Son momentos difíciles en su vida personal. A mí me ha pasado lo mismo y se sale perfectamente.

P. Es que usted fue sancionado por dopaje (2010-2011), se rompió la rodilla y pasó por varios entuertos y siempre volvió con una versión mejorada...

R. Cuando uno tiene percances, debe aprender a superarlos y hacerse más fuerte. La cabeza, para cualquier ámbito de la vida, es muy importante. Y si eso funciona, pues ya piensas en lo físico.

P. Aunque cuando ganó el maillot de arcoíris, llegó a decir que perdió el hambre, ¿no?

R. Sí. Pero la recuperé y volví a conseguir victorias. Aunque ahora quizás es distinto. Me queda poco y quiero disfrutar, correr sin presión, sin pensar en que debo ganar una etapa sí o sí.

P. Ocurre que su equipo necesita puntos para no descender de categoría...

R. Es un tema que está ahí y es inevitable. Te descentra totalmente a nivel deportivo. Pero tenemos que olvidarnos. No es porque nos esté afectando, yo creo que nos podremos salvar. Aunque yo soy realista y no me veo para estar al nivel de los mejores los 21 días. Los jóvenes aprietan mucho y cada vez es más difícil. Ahí tiene que estar Enric.

P. ¿Cómo le miran esos jóvenes, sabiendo que tiene 42 años?

R. Hay de todo, pero eso siempre ha sido así. Aunque la verdad es que creo que en general la mayoría de los ciclistas me mira con admiración por mi nivel, carácter, edad, competitividad... Yo respeto a todos y me siento muy querido por el pelotón.

P. ¿Echará de menos la bicicleta cuando lo deje?

R. Pues eso no creo porque voy a seguir montando. Lo que quizá sí, será tener objetivos, proponerme metas...

P. ¿Pero no le da pereza ya alguna mañana cuando le toca entrenarse?

R. Siempre da. Ahora, antes y a todos. Pero es que mi problema es que cuando llevo dos días, incluso uno, sin montar, noto que me falta algo. Y si salgo a la carretera, haga más o menos, me siento mejor. No hay nada como rodar un poco para despejarte.

P. El recorrido de esta Vuelta no es para despejarse mucho...

R. Está bastante bien, tiene bastante montaña.

P. ¿Cuanto más duro, mejor?

R. Sí, pero sin pasarnos.

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