Los 52 metros obstáculos de Valverde: “Yo corrí, empecé a ver camisetas rojas y solo pensé en seguir corriendo”
El uruguayo, pura fuerza bruta, empata tras recorrerse medio campo y colocarla en la escuadra en otro duelo sentenciado después por Vinicius y Rodrygo
Este verano tórrido, Fede Valverde reconocía que sus compañeros le aconsejaban en la Ciudad Deportiva que disparara a puerta con más calma. Lo que hizo para empatar contra el Mallorca, sin embargo, fue todo menos un ejercicio de calma. 52 metros se recorrió de costa a costa el ex Pajarito y actual Halcón, sorteando rivales por fuerza bruta en el descuento de la primera parte antes de soltar un sartenazo con la zurda desde la frontal y colocarla en la escuadra de Rajkovic.
“Yo corrí, empecé a ver camisetas rojas y trataba de sacármelos de encima y seguir corriendo. De repente, vi una blanca abriéndome el espacio y ahí decidí chutar”, relató después el uruguayo en los micrófonos de Dazn sobre el tanto de la igualada. Un puñetazo al estómago bermellón después de un ejercicio estéril del Madrid hasta entonces para abrir huecos en la defensa-bosque que había plantado el zorro de Javier Aguirre. Lo habían intentado mucho los blancos desde el balcón del área hasta el descanso y el bingo lo encontraron con una exhibición de fuerza de Valverde que retrata bien la eneryía del equipo, como diría Ancelotti.
“Tarde o temprano, nos iban a golpear. La idea era aguantar lo máximo posible. Tuvimos un par de ocasiones, como esperábamos, pero poco más”, confesó Aguirre, que no estaba para mucho parlamento. “Irnos al descanso con ventaja era una especie de espejismo. Increíblemente, luego pudimos ponernos 1-2 [con la ocasión de Antonio Sánchez en el 64], pero ya nada”, aseguró El Vasco, que se mostró muy amable con Carlo Ancelotti, comentaristas ambos durante el Mundial de 2018 en una televisión mexicana.
Logrado el empate, Rodrygo y Vinicius se encargaron del resto en el bando local. De entrada y en ausencia de Benzema, Carletto insistió en su guiño a la vieja aristocracia, más del fútbol que del vestuario, volviendo a envidar con Eden Hazard en el centro del ataque. Un nuevo intento con el belga, que no quede. Sin embargo, del embrollo en el que se metió su equipo salió gracias a sus caballos más lozanos: Valverde, Vinicius e, igual que contra el Betis, Rodrygo, cuya ubicación a partir de la hora de juego en funciones de nueve, tras la salida del ex del Chelsea, tuvo efectos sanadores para el Madrid, que encajó por quinta jornada seguida. El mirlo más emergente de la cuadra blanca cocinó el 2-1 para Vini (quinto duelo seguido marcando para ampliar su mejor racha) y se fabricó el tercero en una gran jugada de regates en conducción.
“Tuvimos una primera parte difícil no porque Hazard fuera el delantero centro, sino porque el espacio que se abría al retrasarse él no era ocupado por otros. Eden ha intentado lo que le he pedido”, defendió el técnico italiano, que aseguró que este partido “no cambia nada para el futuro”. “Salvo Vinicius, que juega solo por la izquierda, el resto lo puede hacer en cualquier posición. Esto lo evaluaremos en cada partido”, añadió. Las próximas citas sin el francés (el miércoles contra el Leipzig y, muy probablemente, el domingo en el Metropolitano) ofrecerán más detalles sobre su dictamen mientras dure la orfandad de Karim.
El cabreo de Asensio
Desde su puesto fijo de la izquierda, la hora de la comida de Vinicius fue otra demostración de puro ruido a todos los niveles: autor del segundo tanto en otra definición clínica, y también de un buen surtido de regates y caracoleos que derivaron en varias refriegas con los jugadores y el banquillo del Mallorca. “Es un jugador especial. A veces, entiendo que un rival se enfade si está perdiendo. Es normal que los contrarios sean un poco más agresivos. Él, con su experiencia, poco a poco irá aprendiendo de esto”, comentó Ancelotti, al que se le vio dirigirse al brasileño tras uno de esos choques. Aguirre, mientras, prefirió evitar el asunto. “Hay que hablar en el campo. Aquí… No soy de quejarme”, subrayó en sala de prensa
Cabreos en la banda isleña y en el integrante balear del Madrid, Marco Asensio, que sumó otro partido a cero pese a que faltaba Benzema y a que Ancelotti agitó el equipo en la segunda mitad en busca del triunfo (Alaba al lateral izquierdo, Valverde arriba, Modric a escena y Rodrygo como delantero). Al atacante le pillaron enfadado cuando Carvajal sustituyó a Lucas Vázquez, con problemas físicos, y él debió regresar al banquillo al quedarse el equipo sin más ventanas de cambio. “Está enfadado y estoy de acuerdo con él, no pasa nada”, zanjó Carletto, experto en mirar para otro lado. “En este periodo, ha sido el más afectado de la plantilla. Lo tengo en cuenta”, zanjó. Nadie ha disputado menos minutos que él este curso: 17.
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