“Bendito seas, Tadej Pogacar”

“Bendito sea Pogacar”, dice Mauro Gianetti, y suspira, y la cara entera del dueño del UAE es una sonrisa de grandes dientes al día siguiente de Cauterets, donde, devolviendo a Vingegaard el golpe recibido la víspera, su chico le devolvió a la vida a su equipo, y al Tour. Y lo que dice Gianetti, la bendición que es para el ciclismo el esloveno despreocupado y chistoso, tan infantil, y su ambición, y su deseo, su locura, su respuesta al desafío Vingegaard, lleva años repitiéndolo su entrenador, Íñigo San Millán, que amplía el espectro de sus beneficios no solo a todo el mundo, también a toda la vida, y hasta a la lucha contra el cáncer.

“No diré a nadie cómo está Tadej, cómo llega al Tour con una preparación tan accidentada desde su fractura de muñeca el 23 de abril. Diga lo que diga, me van a malinterpretar”, avisa San Millán, riojano alavés de La Guardia, a quien le pregunta por su protegido o por Juan Ayuso, otro de sus entrenados. “Lo que sí que puedo es hablar de mis investigaciones, y de cómo, gracias a tener el conocimiento tan exhaustivo del organismo de los mejores ciclistas del mundo podemos desarrollar nuevas vías, nuevos tratamientos, para abordar la enfermedad”.

San Millán, que investiga en Estados Unidos, en la Universidad de Colorado, es, en cierta manera, un misionero de las virtudes de la metabolómica, que es la ciencia que estudia la huella que dejan en las células los metabolitos, los residuos que deja la descomposición, la digestión, de alimentos, de medicamentos, de las sustancias químicas, de los propios tejidos corporales. “Y la metabolómica, que es la ciencia de la realidad, la fotografía de lo que somos, está desplazando en los laboratorios a la genética, que es la ciencia de la poca probabilidad, un 25% más o menos”, dice San Millán, que ha desarrollado en el laboratorio una plataforma que está ensayando con los ciclistas que le permite medir con tres gotitas hasta 1.500 parámetros. “Los deportistas del UAE, cualquier ciclista del WorldTour, es la máquina perfecta. Y así podemos medir cómo funcionan a nivel celular para mejorar su preparación, su alimentación, su rendimiento. Conocemos la función mitocondrial, la capacidad antioxidante, la capacidad glucolítica, es decir, cómo utilizan las células la glucosa, cómo utilizan las grasas…”, explica San Millán. “Y esto nos permite mejorar los organismos de los deportistas y, después, utilizarlo clínicamente para tratar enfermedades. Todo lo que medimos son funciones celulares que están desreguladas en la mayoría de las enfermedades, sobre todo enfermedades como la diabetes tipo 2, el cáncer, el síndrome metabólico, cardiovasculares... Vemos muy bien cómo debería ser la célula perfecta de una persona a través de esta metodología, y así vemos las imperfecciones en las enfermedades”.

San Millán habla de un futuro no muy lejano en que se puedan hacer diagnósticos precoces antes de que una enfermedad empiece a hacer visibles sus síntomas. “En gente que todavía no ha desarrollado una enfermedad ya vemos que hay un declive metabólico celular, entonces puedes hacer diagnósticos con 10, 15 años antes de que se manifieste el mal”, dice el investigador alavés. “Y así se pueden desarrollar nuevas terapias centradas en los mecanismos de la célula”.

Las mínimas diferencias celulares entre deportistas de elite, una categoría muy homogénea que agrupa solamente al uno por millón de la población mundial, son tan evidentes que le permiten a San Millán predecir el rendimiento de los corredores de su equipo, y hablar, por fin de Pogacar, de la bomba que fue su descubrimiento hace cinco años, un niño de 19 aún. “Hay corredores o deportistas que utilizan mucho mejor las grasas, el reposo y el ejercicio, la glucosa, que recupera mejor. Podemos ver niveles de antioxidantes que antes no podíamos ver, la capacidad catabólica, la de destrucción celular”, dice San Millán, hablando de 2019, cuando Pogacar debutó en la Vuelta y nadie pensara que no solo aguantara, sino que fuera a más cada día de una Vuelta que acabó tercero. “En cuanto vimos eso, yo dije que Tadej va a ser el que mejor recupere del equipo, pero de sobra, y estará para competir la Vuelta a España. Y, efectivamente, si dura una semana más, le gana a Roglic”.

El entrenador del UAE, con 20 años de pasado en diferentes equipos del pelotón, se proclama pionero desde hace 30 años en la prescripción de entrenamientos en la zona 2, aquella intensidad que corresponde más o menos al 70% de la capacidad del deportista, y en la que se pasa del consumo de grasas como combustible al de carbohidratos. “Hemos descubierto que esa intensidad es la que más mejora la función mitocondrial [algo así como la central energética de la célula, la que sintetiza los carburantes metabólicos, grasas y glucógeno] y esto es bueno para los ciclistas y también para los enfermos de diabetes tipo 2, que tienen una disfunción mitocondrial tremenda”, explica San Millán. “Y sueño con que gracias a la prescripción de ejercicio podamos revertir la enfermedad recién diagnosticada. De la misma forma que podemos mejorar el rendimiento de los deportistas, como vemos en Pogacar, Ayuso o Almeida, que año a año van progresando, porque vamos a ir tocando ahí, en esa intensidad, pues lo mismo se puede hacer con poblaciones clínicas”.

En algunos estudios publicados, San Millán ha evidenciado la relación: quien mejor metabolismo posee mejor rinde. En sus pruebas de esfuerzo comparaba los análisis metabolómicos con los parámetros fisiológicos, y predecía perfectamente. Y estudiando el deporte han profundizado en el metabolismo del lactato, objeto de un hype desmesurado estos meses y el efecto Warburg. “El premio Nobel Otto Warburg en 1923 descubrió la primera transformación de una célula normal a célula cancerígena, caracterizada por exceso de glucosa, de consumo de glucosa y exceso de producción de lactato, pero carecía de tecnología para profundizarlo, y luego llegó la genética y se dejó de lado”, explica San Millán. “Y eso es lo que estoy trabajando yo. Hemos demostrado en el laboratorio que apagando una vía metabólica, un receptor madre de dos pasos señalizadores fundamentales en el crecimiento y proliferación de las células de cáncer, apagamos la señal de ese receptor y entonces las células en horas mueren, ya no pueden seguir proliferando. Son conceptos que hemos aprendido del metabolismo de los deportistas”.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.