Las relaciones entre Carlo Ancelotti y la cúpula del Real Madrid en esta segunda época del italiano en el banquillo muestran algunas diferencias acusadas respecto de las de la primera época. Entonces, el técnico se encontraba al borde del despido hasta el gol en el añadido en la final de la Champions de Lisboa contra el Atlético, algo que recuerda a menudo en público: “Si estoy aquí, es por Sergio Ramos”. Su salida se consumó el curso siguiente, cuando el equipo se quedó a un gol de forzar la prórroga en la semifinal de la Champions contra la Juventus. El año pasado, en cambio, el Madrid cayó en la misma ronda con un batacazo formidable en Mánchester (4-0 contra el City de Guardiola) y el club transmitió enseguida que no veía mejor opción que el italiano para continuar el proyecto. Como sucede ahora. Pese a los anuncios públicos y privados de la federación brasileña.

En las oficinas del Madrid se trabaja con la hipótesis de una renovación del contrato de Ancelotti, que vence el próximo 30 de junio. “Lo normal es que siga, salvo que haga algo raro, que no lo va a hacer”, se dice en los despachos. En cualquier caso, no contemplan afrontar el proceso formal hasta después de las eliminatorias de octavos de la Champions, que se cierran el 13 de marzo del año que viene.

El equipo ha firmado el segundo mejor arranque de temporada de la historia, con un pleno de victorias en la Champions y 38 puntos en 15 partidos de Liga, en la que es líder igualado con el Girona. El Madrid solo sumó más puntos (39, contando tres por victoria) en los cursos 1961/62, 1968/69, 1991/92 y 2014/15, el del despido del italiano. La directiva entiende, además, que el equipo está jugando bien, pese a la nutrida lista de bajas que lastra la plantilla ya desde la pretemporada, una impresión que ven que comparte la grada, muy cariñosa con el entrenador.

Las dificultades con los efectivos no tienen que ver solo con las bajas. Cuando al final de la temporada pasada Karim Benzema anunció que se iba a Arabia, Ancelotti pidió que se contratara a Harry Kane. El club mantuvo su plan de ejecutar el acuerdo al que había llegado con Jude Bellingham, una operación muy avanzada antes de la fuga de Benzema, a falta de cerrar las condiciones con el Borussia Dortmund. Los dos futbolistas ingleses no eran equivalentes, ni mucho menos, pero Ancelotti encontró la manera de exprimir las prestaciones de Bellingham de tal modo que se ha convertido en un goleador: lleva 15 goles en 17 partidos.

Después de uno de los encuentros en el Bernabéu en los que la grada le cantó Hey Jude, la madre del futbolista hizo un comentario revelador aún en el estadio: “Sabíamos que era bueno, pero no tanto”. Buena parte de su explosión es atribuible a las variantes tácticas ideadas por Ancelotti para potenciar una virtud del futbolista que había detectado en los vídeos antes de conocerle, su llegada al área. Comenzó colocándole en la punta de un rombo en el centro del campo, para desplazarle luego hacia la izquierda en defensa, y ubicarlo ahora en ese flanco en el 4-4-2 con el que defiende el Madrid. Luego, en ataque le ha abierto a algo que el inglés ha celebrado varias veces en público: “Me da libertad”.

El desliz del rector

Las intenciones del entrenador coinciden con las que mantiene el club en estos momentos: prefiere seguir en el Madrid, como ha repetido en diversas ocasiones. “Noto mucho cariño del presidente, de la afición y de los jugadores”. La sintonía que mantiene con Florentino Pérez es mayor que en la primera época. El presidente aparece más a menudo que entonces en la ciudad deportiva, donde intercambian impresiones, aunque aún no han tenido una conversación formal sobre la posible extensión del contrato.

Pero sí han hablado sobre el interés público de Brasil, sobre el que el técnico ha mantenido informado a la directiva. Al final de la temporada pasada, el presidente de la federación brasileña (CBF), Ednaldo Rodrigues, estuvo en Madrid, donde se reunió con la cúpula la federación española y anunció un amistoso España-Brasil para el próximo mes de marzo. También mantuvo conversaciones con el Madrid sobre Ancelotti. Un par de semanas más tarde, a principios de julio, sin consultar al italiano, Rodrigues anunció que dirigiría a Brasil en la Copa América 2024, al vencer su contrato con el Madrid. El técnico no respaldó el anuncio.

Las filtraciones de la CBF sobre los supuestos avances de un presunto acuerdo con Ancelotti no han cesado. Tanto, que hasta el rector de la Universidad de Parma, Paolo Andrei, dio por hecho que ese sería el siguiente paso en la carrera del técnico cuando pronunció su discurso en la ceremonia en la que invistió al de Reggiolo como doctor honoris causa. Al volver a Madrid, en una conversación con Florentino Pérez, Ancelotti restó importancia a las palabras de Andrei: hablaba de oídas, le dijo.

El presidente y el técnico sintonizan la misma frecuencia estas semanas. Pese a la incertidumbre de no manejar una propuesta firme de renovación, Ancelotti vive con la tranquilidad de contar con un plan B que le resulta muy atractivo. Quizá lo único que le quede por hacer en su carrera en los banquillos es dirigir a una selección en un Mundial, y la posibilidad de hacerlo con Brasil le sedujo desde el primer momento. La CBF le ha transmitido que le esperará hasta que se decida su futuro en el Madrid, que Ancelotti tiene claro que es su primera opción si se alinean las condiciones adecuadas.

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