La genialidad del ‘niño’ Luka Romero le da el empate al Almería ante el Atlético
Dos golazos del menudo atacante argentino, en su día el jugador más joven en debutar en la Liga, complican la cuarta plaza para Simeone y sus futbolistas
Un genial Luka Romero castigó el ejercicio de falsa superioridad que desplegó el Atlético ante el colista. El empate a dos es un traspié en la tensa carrera por la plaza en la Champions en la que están inmersos Simeone y sus futbolistas. Anoche un equipo que se sabe descendido se le subió a las barbas con orgullo y buen juego. Morata y Melero tuvieron la victoria para sus equipos en la última jugada. Las tablas le hacen más daño al Atlético que al Almería. Cinco puntos fuera de sobre los últimos 24 justifican el desenganche de la pelea por el título de los colchoneros.
Parecía que el Atlético iba a disfrutar de un partido masaje cuando a Reinildo le dio por redimirse antes de cumplirse los dos primeros minutos. Muy señalado por los dos errores que obligan a su equipo a remontarle un gol en la Copa al Athletic y otro en la Champions al Inter, el mozambiqueño se arrancó con un túnel a Pubill y levantó la cabeza para poner un centro a media altura que Correa empaló a placer. No ha pasado buenos días Reinildo, que había entusiasmado por su contundencia y su energía en sus primeros partidos tras un año fuera de servicio por una grave lesión de rodilla. La jugada reivindicó esa faceta ofensiva que dice tener cuando está pleno de confianza.
El tanto suponía poner de inicio toda la tierra que había de por medio entre el cuarto clasificado y el colista. A Barrios se le fue un control que le plantaba mano a mano con Maximiano y a Memphis se le escapó por un par de palmos un derechazo cruzado. No tenía rival el Atlético hasta que él mismo le ayudó a crecer. Se metieron los futbolistas de Simeone en esos trances peligrosos de gustarse más que jugar bien. Comenzaron por ensuciar jugadas claras en la mediapunta y a reproducir pérdidas delicadas, como una de Barrios que activó por primera vez el Choco Lozano. Este también ganó un duelo aéreo en el área para cabecear centrado.
El par de avisos terminó por levantar a un equipo que tiene buenos jugadores con horas de vuelo como Embarba o Jonathan Viera, un fichaje invernal que formará parte del intento de recuperar la categoría si finalmente se consuma. Peloteros empeñados en defender que su juego aún puede pertenecer a la categoría. También en la última ventana de traspasos aterrizó en el Almería como cedido el en su día precoz Luka Romero, que en 2020 se convirtió en el jugador más joven en debutar en la Liga española con el Mallorca, con 15 años y 219 días. Después de intentarlo en el Lazio y este verano en el Milan, el menudo atacante argentino está ya en edad de empezar a confirmar todo el revuelo que le acompañó en sus inicios, incluida su captación con años en un programa infantil de telerrealidad en el fútbol.
Estaba bullicioso y picante, con ese regate propio de los bajitos percherones que llevan la pelota pegada a la bota. En este caso la izquierda. Hacia ella se perfiló Romero para eludir a un par de defensores y proyectar un zurdazo con bote y ajustado que se tragó Oblak. Fue uno de esos goles que despiertan la pregunta de si la mejor versión del meta esloveno lo hubiera atajado.
El tanto castigó la incapacidad del Atlético para exhibir su superioridad. Muy plana y torpona la terna de centrocampistas De Paul, Koke y Barrios, confusos Lino, Memphis y Correa, no fueron capaces de controlar ya el partido antes de la pausa. Dos cambios hizo Simeone, que sonaron más a disgusto que a rotación, con vistas a la cita copera en Bilbao. Llorente por Koke y Riquelme por Lino. Más pulmones y más ritmo, y más finura pareció demandar Simeone con ese par de relevos. Lo consiguió y lo concretó con una cabalgada de De Paul de treinta metros que delató la condición de colista del Almería. El argentino pisó área sin que le entrase ningún jugador del Almería. Recularon sin meter el pie Robertone y Radovanovic, y De Paul soltó un punterazo que entró tras tocar en un defensor rival.
Apenas le dio tiempo al Atlético a sostener el resultado como pretendía Simeone, con su equipo plantado en campo contrario. La clase de Viera lanzó al área la genialidad de Luka Romero, que tiró del exterior de su bota para dirigir la pelota a la escuadra más cercana de un sorprendido Oblak. El empate obligó a Simeone a meter carga con Morata. Este tuvo dos ocasiones claras de un equipo que se embarulló y no supo imponer su calidad ni cuando el partido se abrió. Melero también tuvo en la última jugada para haberle dado la primera victoria del curso.
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