Qatar mejora, pero cae ante una chata Senegal
Los anfitriones tiran de orgullo y anotan su primer gol en un Mundial, pero se despiden del campeonato
Sin que le sobre nivel para competir en el gran escaparate mundial, Qatar dio un paso adelante tras su flaca exhibición en el duelo inaugural del campeonato. Abrió el libro de su historia futbolística para escribir en él su primer gol mundialista y acarició la ilusión de igualar una desventaja de dos tantos. Pero cayó de nuevo, esta vez ante Senegal, y dijo adiós a su Mundial un rato después, cuando Holanda y Ecuador empataron.
A Senegal le costó. Por momentos se atrancó con un cerrojo ante el que no encontraba ganzúa, pero que saltó por los aires al final de la primera parte y en el inicio de la segunda. Luego se dejó llevar hasta incomodarse con el descuento local. Antes de todo eso la selección anfitriona puede alegar la reclamación de un penalti que lo pareció más en la repetición que en el juego en vivo. Prevalecieron las sensaciones de Mateu Lahoz, que estaba a los mandos sobre el césped.
El partido alertó sobre los problemas de Senegal para atacar equipos replegados. Exuberante en tantas facetas, al campeón africano no le sobra finura para filtrar pases entre líneas. Apenas Gueye, un soldado en el Everton como antes lo fue en el PSG o en el Aston Villa, ejerce en esa faceta como general. Mal asunto ante un rival que se dedicó a esperar, pero que quedó desnudo porque el traje se le descose por varias partes, por ejemplo por la de la contundencia o la defensa del balón parado.
Ocurrió, con todo, que mediada la primera parte Qatar juntó tres pases en una contra y su mejor futbolista, Afif se quedó solo ante Mendy. Pero en vez de rematar quiso forzar un penalti, un atropello de Ismaïla Sarr, que llegaba como un mercancías. La acción, abierta a la discusión, se pasó por alto. El graderío, donde en otra cultura se hubiese armado un rebumbio, apenas reclamó durante tres o cuatro segundos. Y a otra cosa.
Lo que pasó fue que marcó Senegal, agasajada por Khoukhi, el que se supone que era el central de más jerarquía de Qatar, pero que se venció como un alevín cuando le llegó un balón el área que debía haber enviado más allá de las fronteras del país. Lo que hizo fue caerse a plomo y dejar la pelota a los pies de Boulaye Dia, que no tuvo dudas y remató a la red. Senegal guardó la pelota para llegar al descanso y volvió a ver puerta nada más regresar del receso con un testarazo de Diédhiou a la salida de un córner, un retrato del estupor de la zaga local.
Pero en desventaja y entre pésimas sensaciones, Qatar encontró su orgullo. Tomó la pelota con más entusiasmo que destreza y se fue a por su oponente, que ofreció entonces peores sensaciones incluso que en la primera parte. Qatar buscó el gol y lo mereció. Lo consiguió. Mohammed Muntari, un catarí nacido en Ghana, castigó a una chata Senegal con un cabezazo que lo avivó todo cuando quedaba poco menos de un cuarto de hora para llegar a una de esas prolongaciones eternas que ya son sello de este Mundial. Se abrió Qatar con la ilusión del empate, pero se llevó un sopapo tras apenas seis minutos de esperanza con un gol de Bamba Dieng que pareció demasiado sencillo, pero que no disipa las dudas que deja Senegal con un duelo decisivo ante Ecuador en el horizonte para entrar en los octavos de final.
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