Nuevas dificultades para el "concilio rojo
Las deliberaciones para la preparación de la conferencia de partidos comunistas europeos fueron interrumpidas ayer, según informaciones oficiales, para dar tiempo a los delegados asistentes de consultar con sus respectivos comités centrales.Aunque se aseguró que la comisión reanudará su trabajo en breve, en medios bien informados se sugiere que posiblemente se han presentado nuevas dificultades en la elaboración de un documento que serviría de base para la proyectada reunión del comunismo paneuropeo.
Más de 10 reuniones tuvieron lugar en los pasados dieciséis meses en Berlín oriental, en las que surgieron numerosas discrepancias en el seno de, la comisión encargada de redactar el documento-base de la conferencia. De un lado, los países con más influencia del Kremlin, partidarios de un plan de acción común; de otro, los partidos más independentistas, como los de Rumanía y Yugoslavia, agrupados con algunos partidos occidentales.Hace unos días, Konstantin Katushev, encargado del Politburó soviético para las relaciones con los partidos comunistas en el poder, viajó a Ruinanía y Yugoslavia, para intentar limar las diferencias entre estos partidos y el de la Unión Soviética, especialmente en lo que se refiere al internacionalismo proletario y al papel hegemónico de Moscú
Casi simultáneamente a este viaje, dos enviados del mariscal Tito llegaban a Italia y Rumanía para homologar actitudes en el previsible enfrentamiento de los partidos «independentistas» con respecto al bloque «centralista». Yugoslavia, por tanto, parece jugar fuerte y llevar la iniciativa. De hecho, de su criterio depende que la proyectada conferencia paneuropea fracase o llegue a buen fin.
Un documento yugoslavo de siete puntos fue presentado a Katushev durante su visita a Belgrado. En él se rechazaba rotundamente el concepto soviético de internacionalismo proletario, considerado por Tito como una carta blanca a los soviéticos para interferirse en los asuntos internos de otros países. También se rechazaban en el documento las críticas hacia la República Popular China y el concepto del bloque soviético de que las experiencias de la URSS son válidas para otros países.
Por parte italiana, la proximidad de las elecciones generales en el país, en las que el PCI espera obtener una importante ventaja electoral, aconsejan retrasar lo más posible, hasta el próximo otoño preferentemente, la cumbre comunista de Berlin-Este.
El secretario ejecutivo del Partido Comunista yugoslavo Stane Dolanc se entrevistó e¡ pasado martes con Enrico Berlinguer, secretario general del PCI, para intercambiar puntos de vista respecto a la cumbre comunista, que reunirá a 28 partidos europeos, incluido el de la República de San Marino. Sólo estarán ausentes del concilio rojo los partidos de Albania, Islandia y Holanda. La última cumbre de los partidos comunistas europeos se celebró en 1967.
Sergio Segre, miembro directivo del Partido Comunista italiano, manifestó ayer al diario romano L'Unitá que en la reunión de Berlín se habían registrado «nuevos progresos, pero no se alcanzó todavía un consenso general en torno al proyecto de documento»
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