Desconfianza del PSOE sobre la identidad de cinco presuntos miembros del GAR
La detención de cinco presuntos miembros del GAR (Grupo Anarquista Revolucionario) implicados en la ola de atentados de este verano en Valencia, entre ellos al local de la UGT, ha sido calificado en medios próximos al PSOE, como la devolución de la pelota del caso del diputado Jaime Blanco.La nota oficial facilitada por la policía daba unos detalles desusados sobre la identidad de los autores. El fundador del GAR, Roberto Costoya, es presentado como ex militante de la UGT, mientras otro de los detenidos se dice que llegó a Valencia pagado por el PSOE para boicotear el referéndum y en la actualidad coordina las juventudes socialistas del barrio de Orriols. También dice la nota que este detenido niega las acusaciones y denuncia al GAR como grupo próximo a la policía o grupo de extrema derecha.
El comité provincial ha manifestado que no podía confirmar la militancia actual en el PSOE del detenido. Asimismo ha negado tener boicoteadores a sueldo y afirma «que en todo partido se introducen provocadores». Un miembro del citado comité ha expresado que estaba abierto un expediente contra Juan Carlos Alvarez por tener actuaciones en la calle con el FRAP, organización en la que militó anteriormente según las diligencias policiales.
Por su parte, UGT ha confirmado que Roberto Costoya fue expulsado con motivo de su actuación en el lock-out de Ford, en el mes de mayo. Según el testimonio directo de un miembro de la antigua comisión negociadora, el señor Costoya entró a trabajar en la factoría un día antes que se produjeran los 56 despidos. En veinticuatro horas fue elegido delegado de una línea caracterizada por su escasa combatividad y quiso moderar la reunión de la coordinadora de delegados. A pesar de que se presentó como militante de la UGT procedente de Euskadi, levantó sospechas entre sus compañeros que le denunciaron públicamente. La empresa rescindió el contrato de prueba temporal esa misma semana y la UGT procedió a su expulsión de la organización.
Se da el caso de que una de las notas en las que el GAR se asigna la autoría del atentado contra una entidad bancaria a mediados de agosto, fue recogida por un redactor del diario Las Provincias en una fuente a escasos metros del domicilio del señor Costoya.
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