La izquierda francesa reanudará la actualización de su programa
Mañana, miércoles, tendrá lugar la reanudación de la cumbre de los tres partidos que integran la Unión de la Izquierda, interrumpida el último día 14, tras el abandono inesperado del presidente del Movimiento de los Radicales de Izquierdas (MRG), Robert Fabre. En la mayoría gubernamental, que firmó el «manifiesto» de la Unión, también el día 14, las querellas se reproducen y su aspiración seria «organizar la diversidad», según un portavoz giscardiano.
Como ya se había previsto, el último fin de semana sirvió para qué los contactos privados entre los socialistas, comunistas y radicales de izquierdas, desembocarán en un acuerdo común para continuar la actualización del programa común que la oposición de izquierdas presentará a los electores franceses en los comicios legislativos de marzo de 1978. En opinión de varios líderes socialistas, seguidos en este análisis por algunos de sus pares comunistas, el MRG ha conseguido lo que pretendía con la espantada de su presidente, el miércoles de la semana pasada, cuando decidió abandonar los trabajos de renovación del programa, hacer la publicidad del MRG, escaso y aplastado por los dos monstruos de la Unión, el PCF y el PS.Cerrado el paréntesis, todo indicaría que en los días próximos, los tres líderes de la izquierda, François Mitterrand (socialista), Georges Marchais (comunista) y Robert Fabre (radical de izquierdas), concluirán un programa definitivo.
Lo que se pregunta la derecha es por el efecto, en su favor, del golpe de los radicales en el cuerpo electoral. Y, por fin, ¿por qué el PCF y su líder, el señor Marchais, han cambiado como de la noche al día pasando, en veinticuatro horas, del maximalismo que le exigían al PS a convertirse en auténticos héroes de las facilidades?
Y mientras la oposición salta de la crisis al diálogo, la mayoría que apoya al Gobierno ha vuelto al campo de batalla, a pesar de que la semana pasada, después de la firma de cuatro partidos bajo el manifiesto de la Unión, se aseguró que todas las divisiones habían desaparecido. El líder del Partido Radical (PR), Jean Jacques Servan Schreiber, que no había avalado el manifiesto y un firmante, el líder del Partido Republicano (PR), Jean Pierre Soisson, se han enfrentado de nuevo con el líder gaullista, Jacques Chirac, sobre la conveniencia de un programa que comprometa a toda la derecha.
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