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Reducción y reconversión, bases del programa de construcción naval

La reestructuración del sector de la construcción naval se arbitrará en tomo a la idea de reducir en un 40% la capacidad productiva que actualmente tienen los astilleros españoles. Esta reducción, no obstante, no deberá acarrear necesariamente una reducción equivalente del número de puestos de trabajo, según criterio imperante en el sector.Expertos de la Administración y de las industrias de la construcción naval iniciarán sus trabajos en los próximos días, con objeto de preparar las bases de un plan de reestructuración que podría comenzar a aplicarse en el primer trimestre, de 1979. Junto a la reducción necesaria en la capacidad productiva, los expertos consultados entienden necesaria una reconversión gradual de los procesos productivos, diversificando en lo posible la gama de construcciones, de modo que sea posible sostener los dos años críticos que en opinión,de estos mismos expertos, aguardan a la construcción naval, ya que en 1980 se piensa puede existir una reactivación en la demanda de buques. Entre los elementos cuya producción pudiera ser tenida en cuenta para diversificar la actividad industrial y comercial de los astilleros se cuenta la construcción de plataformas petrolíferas, plantas industriales en flotación, así como otros elementos de mercado componente tecnológico.

Los proyectos de reducción de capacidad de los astilleros han sido norma generalizada en todo el mundo desde que se disipó la euforia de los, primeros años de la actual década, coincidiendo con la construcción de los grandes superpetroleros. De entonces datan precisamente la construcción de los grandes astilleros, cuya explotación se muestra notablemente deficitaria en estos momentos. La cartera de pedidos de todos los astilleros se ha reducido considerablemente, quedando muy por debajo del 50% de la registrada en los años 1974 y 1975. Ello ha conllevado la reducción de la capacidad de las instalaciones en diverso grado, hasta el extremo de la República Federal de Alemania, cuyos programas de reestructuración alcanzan reducciones de hasta el 70%.

Incidencia en el empleo

El problema presenta en España matices peculiares, tanto por el grave problema de desempleo que la economía española tiene planteado, como por la localización de los principales núcleos de construcción naval. El índice de paro es lo suficientemente elevado como para que resulte preocupante pensar en incorporar parte de los 40.000 trabajadores que ocupa actualmente el sector de construcción naval. Por otra parte, tanto las zonas de Cádiz y Galicia, por su escasa capacidad de absorción de mano de obra por el bajo índice de industrialización, como el País Vasco, por la grave crisis intersectorial que atraviesa en estos momentos, podrían ver agravada su situación social, como consecuencia del hipotético cierre de alguna de las factorías.No obstante, los expertos del secotr coinciden en señalar que, aun siendo grave la crisis actual, la situación no es desesperada. Hay que tener en cuenta que la participación española en el mercado mundial de contratación de buques se mantiene todavía a niveles aceptables y que, con la sola excepción de Francia, la mayoría de los países europeos y Japón -primer constructor mundial- se han visto afectados por mayores reducciones en la cartera de pedidos que la registrada en los astilleros españoles.

Sin embargo, las dificultades españolas se centran, tanto en el caso del mercado interior -concurso del millón de toneladas-, como en la actividad exportadora, en la financiación, ya que, los armadores fijan sus pedidos en base a la conjunción de dos factores esenciales: precio y condiciones de pago. Los constructores se quejan de las directrices para el crédito oficial al sector dictadas por el Gobierno y señalan que la banca privada no acude en apoyo del sector, a la vista de las actuales perspectivas que ofrece. Los constructores afirman también que se están perdiendo importantes contratos internacionales por las mayores facilidades de financiación que ofrecen en estos momentos los principales competidores, que cuentan con mayor apoyo de sus respectivos Gobiernos.

Actualmente, España ocupa el tercer lugar mundial por su capacidad de construcción -tras Japón y los países del este europeo- y el cuarto en cuanto a su cartera de pedidos -tras Japón, Estados Unidos y Brasil-.

La hipotética recuperación de 1980

En cuanto, a la pretendida recuperación, prevista para los prime ros años de la década de los ochenta, comienzan a aparecer voces discrepantes del optimismo con que mayoritariamente se quiere aludir a una reactivación de las carteras de pedidos. Además de los efectos que la lenta recuperación económica de los países industrializados puede plantear, se considera va a tener una decisiva incidencia el incremento de la capacidad global de construcción naval en el mundo, sobre todo a partir de la culminación de los planes de construcción de astilleros por parte de los países en vías de desarrollo, y muy concretamente los de la OPEP.Ayer se inició en Madrid el primer congreso nacional de tráfico marítimo y construcción naval, en el que más de trescientos, especialistas del sector estudiarán detenidamente la situación actual y las perspectivas inmediatas, así como las posibles soluciones a considerar.

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