España desaparece del plan alemán de ayuda al desarrollo
La ayuda financiera de la República Federal de Alemania a España no transcurrirá en lo sucesivo directamente, sino a través de la CEE y de la Sociedad para la Ayuda al Desarrollo (DEG), con sede en Colonia. Esto significa, de hecho, que se abandona el esquema socialdemócrata de un «pequeño plan Marshall» para el sur de Europa. La conclusión parece lógica si se tiene en cuenta una serie de datos ofrecidos a EL PAIS, tanto en la embajada de España como en la citada sociedad, que cuenta con la exclusiva del Gobierno federal para el establecimiento de negocios con los países en desarrollo.Según una comunicación oficiosa del Ministerio de Cooperación y Desarrollo, el trasvase Tajo-Segura fue y será la última operación asistida por la RFA en España a título de «ayuda al desarrollo» con fondos del Estado. Con ello queda sin viabilidad operativa el «plan Marshall» para España, puesto que nuestro país recibiría a estos efectos el calificativo de «país industrializado».
Por su parte, la Sociedad para la Ayuda al Desarrollo, que tiene carácter de instituto de crédito y de sociedad inversora, sólo ve posibilidades de ampliar sus contactos con España sobre la base de participación en empresas españolas. Según el director de la sección centro y suramérica y suroeste de Europa, doctor Guckel «esta es la hora cero para las inversiones en España». Esta sociedad estaría dispuesta a invertir en España quince millones de marcos de un total de mil destinados a la promoción de 57 países en desarrollo. La operación parece que se retrasará un tiempo debido a dificultades que han obligado, según el doctor Guckel a aplazar una visita a Madrid que habría de realizar en marzo una comisión de la DEG. A este respecto, la agregaduría comercial de la embajada de España en Bonn cita cuatro o cinco proyectos aislados que podrían beneficiarse de esta inversión alemana, dato que, « debido al secreto bancario », no ha confirmado ni desmentido el funcionario de la DEG.
Para sus operaciones, la DEG exige tres condiciones: dirección empresarial privada, suficiente protección de la inversión extranjera de capital y posibilidad de transferencia de beneficios y de capital. Además de estas tres cláusulas capitales, reclama también una participación en los beneficios de la empresa e intereses por su préstamo. La ayuda alemana a España queda, pues, reducida a un acuerdo interempresarial con posibilidades de exportación de beneficios a la República Federal de Alemania.
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