La Monarquía no es aceptable sin previa consulta democrática
En tres objeciones principales basó Heribert Barrera, diputado presentado a las elecciones por la coalicíón Esquerra Catalana y líder de Esquerra Republicana de Catalunya, su oposición al anteproyecto, de Constitución: por estimarlo técnicamente desafortunado; por establecer la Monarquía como forma política del Estado sin previa consulta democrática, y por no restituir la soberanía a cada una de las naciones que integran el Estado español.El señor Barrera inició su intervención lamentando no poder sumarse al coro de alabanzas a la ponencia que se escucharon el viernes pasado, así como el deseo de los grandes partidos de ir deprisa, con lo que se desaprovechará la ocasión única de hacer una Constitución adecuada a las reales necesidades del país.
En cuanto a la primera objeción, aludió al exceso de frases definitonas y de buenas intenciones, algunas de imposible cumplimiento; a la difícil comprensión por el pueblo llano, así como a la ausencia de regulación de algunos temas, como las competencias del Senado.
En cuanto a la segunda, recordó el carácter republicano de su partido, además de nacionalista catalán, demócrata y de izquierdas. Negó la oportunidad al planteamiento de la pregunta sobre la validez de la Monarquía o la República, ya que a ella tendría que responder el pueblo, antes de que la institución monárquica se nos haya introducido -dijo- de refilón. Negó la legitimidad a los referéndums anteriores y aseguró que, de producirse una consulta en que se planteara con claridad al pueblo la elección entre Monarquía y República, los republicanos, «que somos, ante todo, demócratas», aceptarían el resultado.
Destacó la paradoja de que fuera precisamente el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, en una intervención que calificó de histórica (véase EL PAIS del 6-5-78), quien había justificado de manera más intensa la Monarquía. Estimó que el argumento de que el Rey ha llevado al país a la democracia no es razón suficiente y recuerda el agradecimiento hacia el caballero que salva a la doncella del dragón, aun cuando reconoció que don Juan Carlos se ha hecho acreedor al afecto y respeto de los españoles. Otro de los argumentos de Carrillo para aceptar la Monarquía -que es una realidad-, tampoco lo consideró suficiente el señor Barrera, quien señaló que también el paro y la crisis económica son realidades, que se intentan superar. Por último, la advertencia de que las Fuerzas Armadas no tolerarían la República, fue considerada ofensiva para los militares, ya que sería tanto como afirmar que se opondrían por la fuerza a la celebración de un referéndum.
La propuesta del señor Barrera fue la de devolver el anteproyecto a la ponencia, realizar la consulta popular sobre la forma de Gobierno y una vez borrado el pecado original de la Monarquía -su origen franquista-, reiniciar el debate constitucional de modo coherente.
En cuanto a la tercera objeción al anteproyecto, estimó absolutamente errónea la confusión entre la nación y la patria referidas a España, y atribuyó a un complejo de ansiedad las calificaciones a la unidad, tales como indivisible o como la de sagrada, que patrocinaba el señor Fraga. Afirmó que para él, como para millones de catalanes, su única bandera es la de las cuatro,barras y su único himno Els Segadors, y negó que tal actitud fuera separatista, ya que es compatible con la unidad del Estado español y la solidaridad entre sus pueblos.
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