Fin del ciclo Bergman
Tercera y última película de este interesante pero raquítico ciclo dedicado a Ingmar Bergman, uno de los más importantes directores y en el que ya cabe distinguir tres o cuatro etapas suficientemente diferenciadas. Fuera del ciclo presentado por TVE queda toda la obra más reciente de Bergman, e incluso en este miniciclo que podría haberse iniciado con Como en un espejo (1960), no se han incluido películas que probablemente no eran del gusto de los programadores, como El silencio (1964) y La hora del lobo (1967), omitidas deliberadamente de la filmografía cronológica para el espacio Cineclub, quizá por rémora de tabúes y autocensuras.
Pasión reincide en muchos de los temas de Bergman: la pareja, la soledad, la comunicación y el amor. Andreas vive solo en una isla, cerca de Estocolmo, a la que huye para escapar de la justicia. Un día recibe la visita de Anna, una mujer herida de una pierna a causa de un accidente, en el que perdió marido e hijo. Anna vive ahora con su amiga Eva y el marido de ésta. Andreas lee la última carta del marido de Anna, que se encuentra en el bolso olvidado por la mujer. Andreas devuelve el bolso y conoce a Eva, mujer que no encuentra respuesta al amor por parte del marido. En la isla se suceden extraños casos de crueldad con los animales
Los críticos han interpretado esta y las anteriores películas de Bergman en constante referencia a la soledad, una soledad que, además de espiritual, se reviste de un frío marco geográfico: ese islote de Farö, adonde el mismo director se fue a vivir y en el que ahora refugia a sus personajes de ficción interpretados por algunos de los actores habituales: Liv Ullman (Anna), Bibí Andersson (Eva) y Max von Sydow (Andreas), con fotografía (color) de Sven Nykvist.
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