Entre 150.000 y 200.000 personas se manifestaron en Sevilla
Entre 150.000 y 200.000 sevillanos, muchos de ellos procedentes de los pueblos de la provincia, participaron el domingo en la manifestación convocada por los partidos PSOE, UCD, PCE, PSA y PTA con motivo del Día de Andalucía. Diversos medios de comunicación y los organizadores han calculado el número de manifestantes muy por encima de las cifras arriba indicadas. Durante el trayecto de la manifestación no se produjeron incidentes de relieve y sólo a su término se alteró la normalidad por parte de militantes de Fuerza Nueva, ajenos a la marcha.
Desde las primeras horas de la mañana aparecieron banderas y pancartas colocadas en los balcones, aunque en menor número que en 1977, y se formaron numerosos grupos que desde los barrios fueron acudiendo a pie gritando eslóganes autonomistas y cantando por sevillanas, hasta el Prado de San Sebastián, donde debía iniciarse la manifestación. Las emisoras de radio locales dedicaron sus programas íntegramente a Andalucía y desplazaron a sus equipos móviles hasta el lugar de la manifestación para dar cuenta en directo de su desarrollo.La marcha se inició con cierto retraso y algún desconcierto por parte del servicio de orden. Hay que informar que la llegada de la bandera nacional, que abriría la manifestación junto a la andaluza, por decisión de la Junta, fue acogida por una parte minoritaria del público con gritos de «iFuera, fuera!», «iNo queremos más banderas que las andaluzas!» y «¡Que la quiten, que la quiten!». Incluso un sector situado inmediatamente después de la presidencia oficial se negó a iniciar el trayecto si antes no era retirada la enseña constitucional.
En la actitud de estos grupos influía muy probablemente un rumor que se extendió con rapidez y según el cual quien portaba la bandera española era José María del Nido, jefe regional de FN, que había amenazado violentamente a los manifestantes si esta bandera se encontraba ausente el domingo. En realidad, la roja y gualda la llevaba el militante ucedista Fernando Lanza, quien fue insultado por grupos de manifestantes durante el primer tramo del recorrido. En cualquier caso, estos incidentes fueron extremadamente minoritarios y de poca duración.
Precedidos por la bandera verde y blanca de la familia Infante, la cabeza de la manifestación estaba compuesta por el presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, los parlamentarios de la provincia (faltaban los ministros de Hacienda y Cultura y Soledad Becerril), el presidente de la Diputación, el alcalde de la ciudad y representantes de los partidos organizadores. Tras recorrer la calle de San Fernando, puerta de Jerez y Las Avenidas, los manifestantes se concentraron ante el Ayuntamiento, en la plaza Nueva y calles adyacentes, donde, tras obligar a repetir la interpretación del himno de Andalucía, se disolvieron
Los incidentes
Fue entonces cuando se iniciaron los únicos incidentes serios de la jornada. Desde la sede de Fuerza Nueva comenzaron a arrojar sobre los últimos manifestantes numerosas botellas de cristal y otros objetos contundentes, a lo que respondieron algunos manifestantes lanzando igualmente piedras y naranjas contra la sede, rompiendo algunos cristales en las ventanas de las mismas y en un establecimiento comercial situado en la planta baja.Después de unos minutos de tensión, la fuerza pública acordonó la zona con numerosos efectivos. Hay que destacar que, por primera vez en la historia reciente de Sevilla, manifestantes de izquierda aplaudieron la llegada de la Policía Nacional, mientras arreciaban los gritos de «¡Que los saquen, que los saquen!», «¡Vosotros, fascistas, sois los terroristas!» y «¡Justicia!». Ni Rafael Escuredo ni el alcalde de la ciudad, Luis Uruñuela, lograron convencer a varios cientos de manifestantes que debían marcharse tranquilamente a sus casas. Finalmente, tras sacar del edificio a los militantes de ultraderecha, la mayoría muy jóvenes, las fuerzas del orden procedieron a disolver a los que quedaban.
Según fuentes del Gobierno Civil, el jefe regional de Fuerza Nueva, José María del Nido, y otros miembros de esta organización fueron detenidos durante el desalojo del local y pasados a disposición de la autoridad judicial. No obstante, el propio Del Nido ha negado su detención y subrayado que había acudido a la Jefatura Superior de Policía por su propia voluntad y para denunciar a los organizadores de la manifestación, por estimar que fueron los militantes de FN los agredidos de palabra y hecho.
Insultos tempranos
Ya por la mañana, el director general de Interior de la Junta de Andalucía, avisado de que un grupo de jóvenes de FN, algunos con guantes negros y palos, insultaban y escupían a las personas que se dirigían hacia la manifestación, se puso en contacto con el gobernador civil de la provincia, Luis Fernández, para sugerirle que desalojara el local de FN para evitar incidentes mayores.La policía, en efecto, ordenó a los ultraderechistas que abandonasen la acera en la que se encontraban, subiendo entonces al balcón, que aparecía cubierto por una bandera española con la leyenda «Viva Andalucía española». Posteriormente, al pasar la cabeza de la manifestación por debajo de la sede, podía verse a Del Nido y otros dirigentes derechistas observando la manifestación, junto a varios jóvenes que llevaban guantes oscuros, a pesar del buen clima reinante, y otro que se dedicaba a sacar fotografías de los manifestantes.
En cuanto a las versiones de los incidentes, la del Gobierno Civil, que habla de intercambio de insultos y agresiones mutuas, ha sido duramente criticada por los cuatro partidos de izquierda organizadores de la manifestación, quienes acusan a la primera autoridad gubernativa de tendenciosidad y manipulación de los hechos y de incurrir en responsabilidad grave por no haber tomado medidas preventivas contra los provocadores. PCE y PTA pretendían que se pidiese la dimisión del gobernador, a lo que se opuso el representante del PSOE por estimarlo inoportuno. Finalmente, UCD ha considerado acertada la actuación policial y cree que los incidentes fueron obra de grupos extremos de ambos signos.
Al mediodía de ayer se supo que el gobernador civil de Sevilla había decidido clausurar provisionalmente la sede de Fuerza Nueva. En la nota difundida por el Gobierno Civil se indica que se ha tomado esta medida «ante las reiteradas ocasiones en que, en torno al local que el partido político Fuerza Nueva posee en la calle de Fernández y González, en su confluencia con la avenida de José Antonio, se han desencadenado enfrentamientos entre distintos grupos políticos y el titular del mismo».
Añade la nota que estos incidentes «han culminado en los más graves enfrentamientos de palabra y obra acaecidos el pasado domingo, cuando al final del cortejo de la manifestación pro autonomía se alcanzaba dicha sede».
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