El Argelia-Marruecos crea una campaña de "amistad histórica"
La prensa oficial argelina inició ayer una campaña de exaltación de la amistad histórica entre los pueblos marroquí y argelino, con motivo del próximo partido de vuelta de las selecciones nacionales de fútbol de ambos países, en el torneo de calificación para los Juegos Olímpicos de Moscú. El encuentro promete ser el marco de manifestación de solidaridad hacia la gran unidad de los pueblos del Magreb.
El pasado día 9 la selección argelina derrotaba, en Casablanca, al equipo nacional marroquí por cinco goles a uno, y era objeto del entusiasmo de los espectadores. Aunque el acto era específicamente deportivo, se tuvo un extremo cuidado, por ambas partes, en que no se relacionara con la tensa situación política entre los dos países, lo cierto es que los medios argelinos no dejaron pasar la ocasión para señalar la diferencia existente entre el comportamiento del público marroquí, que llegó a gritar enfervorecidamente: «Viva Argelia», y la de los dirigentes marroquíes, que deben salir de su intransigencia a propósito del Sahara occidental.
En Rabat el tema se politizó también cuando el martes pasado el partido de los independientes presentó ante el Parlamento una moción en la que se reclamaba la disolución de la Federación Marroquí de Fútbol «ante la situación de decadencia de este deporte, revelada por la derrota sufrida ante el equipo argelino». Aunque los independientes disponen de la mayoría absoluta en la Cámara, la proposición ha sido apoyada por el resto de las formaciones políticas.
El texto de ese documento subraya la necesidad de «poner fin a una situación que pone en grave peligro a la juventud marroquí», y se pide, en consecuencia, que el Gobierno tome cartas en el asunto.
El partido de vuelta será celebrado en Argel, el día 21, y, dada la voluminosa derrota sufrida por Marruecos en Casablanca, carece prácticamente de interés, desde el punto deportivo. Lo que parece constituir el mayor acicate para las autoridades argelinas es aprovechar esta ocasión para demostrar que el Magreb de los pueblos, tesis tan cara a los gobernantes de este país, es algo que no sólo existiría, sino que merece ser defendido por todos, ante el convencimiento de que temprano o tarde, y por encima de las vicisitudes políticas, argelinos y marroquíes reconstituirán su unidad histórica.
El rotativo gubernamental El Mudjahid afirmaba ayer estar de acuerdo con la idea de que el pueblo marroquí no sólo no tiene ninguna animosidad contra Argelia, sino que ha sabido discernir entre la aventura a la que le exponen sus dirigentes, a propósito del Shara occidental, y la «necesidad de preservar el futuro».
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