La patronal británica pretende poner freno a las exportaciones japonesas
La organización patronal Confederación de la Industria Británica (CBI), ha declarado una guerra comercial contra Japón, exigiendo que este país frene sus exportaciones al Reino Unido. Confirmando una tendencia proteccionista que se venía apuntando en los últimos tiempos, la CBI apeló el miércoles a su Gobierno para que tome medidas en este sentido, tanto en el Reino Unido como en el seno de la Comunidad Económica Europea (CEE)_
, En los próximos días, los dirigentes de la CBI se entrevistarán con miembros del Gobierno británicia, entre ellos suministro de Comercio John Biffen, para intentar formular un nuevo marco comercial anglo-japonés. La campaña de la patronal británica tiene, pues, una vertiente nacional, en la que se incluye la posibilidad de establecer controles formales a, la importación, para reducir el desequilibrio comercial entre el Reino Unido y Japón.Este déficit comercial con Japón ha empeorado, según la
CBI, en un 30% en un año, y llegará a superar los 1.100 millones de libras (209.000 millones de pesetas de 1980), aunque el Reino Unido tiene un superávit en su comercio con Japón de unos 43.000 millones de pesetas. La proporción de las importaciones a exportaciones con Japón ha bajado en el Reino Unido de un 51% a un 35% en un año. Por ello, la CBI sugiere que en un plazo de cuatro años, Japón deberá cubrir al menos un 60% de sus exportaciones al Reino Unido, con importaciones de productos británicos.
La CRI desea asimismo establecer un segundo frente en la CEE, para impedir que Japón invada el mercado europeo con productos que antes estaban destinados a Estados Unidos, con los que llegó recientemente a un acuerdo para limitar sus exportaciones. Sin embargo, la patronal británica prefiere el frente nacional, pues está preocupada por la falta de cohesión que hay sobre este tema entre los países de la Comunidad. La CBI pide que, si Japón no se compromete sin equívocos a alterar radicalmente su política comercial en la próxima cumbre de Ottawa, en julio, la CEE debería pedir a Japón que aceptase un tope para reducir su superávit comercial con el Reino Unido y el resto de la CEE. De lo contrario, los países europeos deberían aplicar contra Japón algunos de los artículos, restrictivos del GATT (acuerdo general sobre tarifas y comercio).
Los productos que más obsesionan, a la CBI son los coches, electrodomésticos y material electrónico. Pero, con un paro que supera los 2,5 millones en el Reino Unido, la CBI exige también que se examine la política de inversiones extranjeras en el país, que sólo se deberían autorizar si crean puestos de trabajo.
En febrero, el presidente de la CBI, sir Raymond Pennock, ya encabezó una delegacion ante la Keidanren, organización patronal japonesa. Sus propósitos fueron apoyados por la posterior misión gubernamental ante Japón, en la que sé encontraba el ministro de Asuntos Exteriores, lord Carrington, quien puso sobre aviso a sus colegas nipones de las repercusiones económicas del desequilibrio comercial entre ambos países.
Fuerte expansión de la economía americana
La expansión de la economía norteamericana durante el primer trimestre de este año fue muy superior a lo que el Gobierno de Washington estimó originalmente, incluido el fuerte acelerón que experimentaron los precios, según informó el Departamento de Comercio.
El crecimiento del producto nacional bruto, según las estimaciones revisadas de la Oficina de Estadística de dicho departa mentó, fue del 8,4%, es decir, casi dos puntos por encima del 6,3 % originalmente estimado.
En el frente de la inflación, el crecimiento de los precios fue del 10%, lo que hace que la primera estimación gubernamental, que fue del 7,8%, fue, excesivamente optimista.
Estas cifras confirman las impresiones de que la economía norteamericana se encuentra en una fase de recalentamiento.
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