"La búsqueda de religiosidad se advierte sólo en una pequeña minoría"
Se acaba de realizar por primera vez en Italia un sondeo completo sobre la relgiosidad de los jóvenes, y ya los primeros datos han despertado gran interés en los mayores órganos de información del país. El trabajo, que ha durado cuatro años, ha sido realizado por un equipo de investigadores pertenecientes a la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Salesiana de Roma y al movimiento de la juventud Aclista, una organización semejante a la HOAC española.
El estudio de investigación se ha basado sobre 5.000 entrevistas realizadas en quince regiones italianas. Los jóvenes entrevistados, de 18 a 25 años, pertenecían a dos grupos diversos: los llamados asociados, es decir, pertenecientes a algún tipo de asociación (cultural, política, social, religiosa, deportiva, etcétera), y jóvenes disgregados, es decir, que nunca han militado en ningún grupo. Son el 70% de los jóvenes de este país. Este sondeo había sido ideado hace cuatro años, cuando se sospechaba que en el mundo juvenil italiano estaba creciendo un deseo de sacralidad y una petición de religiosidad.Ahora, el resultado más vistoso del sondeo es que desmiente, en el aspecto cuantitativo, aquella hipótesis, como ha declarado a EL PAÍS el responsable del sondeo, Giancarlo Milanesi, catedrático de la Universidad Salesiana de Roma y sociólogo de la religión, conocido en toda Europa por su rigor científico.
Pregunta: ¿Es verdad que, contrariamente a lo que se pensaba, no existe en los jóvenes italianos una vuelta a la religión?
Respuesta: El sondeo revela que desde un punto de vista cuantitativo no se puede demostrar un deseo difuso de religiosidad, una vuelta hacia la sacralidad. Si acaso, esta exigencia de religiosidad se puede advertir a nivel cualitativo. El fenómeno no es relevante cuantitativamente, por eso no interesa a los políticos. Pero a mí me interesa mucho ese 9% de jóvenes que colocan a la religión en el centro de sus vidas.
P. ¿Han distinguido estos jóvenes entre Iglesia, religión y fe?
R. El deseo de religiosidad, cuando se manifiesta, se dirige aún sustancialmente hacia el modelo iglesia, pero no manifiestan exidumbres y dificultades.
P. ¿Cuáles son las más importantes?
R. La religión de la Iglesia no la aceptan en su totalidad; la práctica religiosa se revela aún en la mayoría de los jóvenes bajo su forma ritual, sacramental. Hay jóvenes que practican la religión de iglesia, pero no manifiesta exigencia religiosa. Por eso yo he hablado de una ruptura de carácter casi esquizofrénico, entre exigencia y práctica, entre fe y ética, especialmente la ética sexual, y aquí se injerta el problema de la ruptura con la Iglesia, que, a pesar de todo, es muy diversificada.
P. ¿Algunas sorpresas del sondeo?
R. Más que animadversión contra la religión, se manifiesta, en quienes no la aceptan, indiferencia. Entre los creyentes son mucho más numerosos los que declaran que comulgan que los que declaran que se confiesan. Entre los creyentes, la frecuencia sacramental es relativamente alta en Italia.
La búsqueda de religiosidad, de sacralidad en sentido positivo, se advierte sólo en una pequeña minoría.
P. ¿Ha advertido síntomas de ateísmo, de incredulidad, de crítica abierta a la Iglesia?
R. Sí; pero sólo en algunos grupos; especialmente de la izquierda. Revelan, sin embargo, indiferencia, crítica de los valores religiosos, muchos jóvenes que pertenecen a grupos comprometidos en el campo social, cultural y deportivo. El grupo más abiertamente crítico contra la religión y la Iglesia, más agnóstico, más indiferente, es el de los jóvenes trabajadores.
P. ¿Cuáles son las diferencias más evidentes entre los jóvenes que militan en alguna asociación religiosa o no y los dispersos o solitarios?
R. Los primeros priman los valores que se refieren a la socialidad y a las relaciones interpersonales; los segundos, los valores de la autorrealización, de la autoestima, de la identidad personal.
P. ¿Se podría reconstruir con este sondeo una carta de identidad psicológica del joven italiano actual?
R. Nuestra impresión es que en los jóvenes que no pertenecen a ningún tipo de asociación, a ningún grupo, es más difícil identificar cuál es el cuadro de valores, es decir, los sistemas de significado. Reflejan con mayor fuerza que los asociados la desazón, la conflictividad y la tensión que existe en Italia, especialmente en relación con la disgregación de los valores. Los jóvenes asociados dan, al contrario, la impresión de poseer un cuadro de valores más organico.
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