Los veteranos Katharine Hepburn y Henry Fonda fueron los triunfadores de los 'oscars' de Hollywood
El himno de 'La internacional' subrayó la victoria de Warren Beatty con 'Rojos'
El Oscar para el veterano y excelente actor Henry Fonda, de 76 años de edad, fue una de las notas más destacadas de la 54ª edición de los oscars cinematográficos, en una noche estrellada, en Hollywood, de reparto de premios que coparon los filmes Charriots of faire (Carros de fuego), con cuatro, Raiders of the lost ark (En busca del arca perdida), otros cuatro, Reds (Rojos) y On golden pond (En el estanque dorado), con otros tres oscars para cada producción. De forma totalmente inesperada, el Oscar para el mejor filme extranjero fue para Mephisto (Hungría), cuando las preferencias de los críticos para el Oscar estaban sólo divididas entre las películas Man of iron (Polonia) o Three brothers (Italia).
"Llegan los británicos", dijo Colin Welland, guionista del filme británico Carros de fuego, al recoger su Oscar para uno de los filmes que más impresionan a los cineastas americanos, por su calidad, interpretación, temática y, sobre todo, música. Cuatro oscars en total, el de la mejor película, mejor música, mejor vestuario y mejor guión original para la historia de dos aristócratas atletas británicos que participaron en los Juegos Olímpicos de 1924.El Oscar para el mejor director llegó, sin sorpresa, para Warren Beatty, por su producción Rojos, el filme épico sobre la historia del periodista y activista político norteamericano Reeds. Considerada entre los espectadores americanos como antisoviética, por unos, o como procomunista, por otros.
El Oscar para Beatty dio pie al único minidiscurso de la noche del espectáculo hollywoodiano. "Malvado el dinero capitalista, pero que me permitió trabajar libre y sin censura", dijo Beatty, principal intérprete de Rojos, con un lenguaje muy en la línea de su propio personaje. Rojos también ganó el Oscar para la mejor cinematografía y para la mejor segunda actriz, Maureen Stapleton.
En el estanque dorado, la magnífica expresión de una vejez dorada, recibió también sus oscars, en medio de un impresionante aplauso, cuando, por fin, llegó el Oscar para el veterano Henry Fonda que no se desplazó al festival de la Academia de Artes de Hollywood, viendo la concesión de su premio a través de la televisión, como otros cincuenta millones de telespectadores en Estados Unidos. Su hija, Jane Fonda recogió el Oscar para su padre. La no menos veterana Katherine Hepburn, ganadora de su cuarto Oscar, por su papel también en En el estanque dorado, tampoco levantó su Oscar, al encontrarse interpretando una obra teatral en Nueva York.
En la línea de las grandes producciones de cine-espectáculo, la película multimillonaria de Steven Spielberg, En busca del arca perdida, fue distinguida con otros cuatro oscars, el de la mejor dirección artística, mejores efectos visuales, mejor sonido y mejor montaje.
Quedaron sin oscars películas de indiscutible calidad, como Atlantic City y La mujer del teniente francés, mientras se premiaba, no sin ciertas dudas, un filme como Arthur.
La última pirueta de los miembros de la Academia de Artes fue la concesión de un Oscar para el mejor filme extranjero para la producción húngara Mephisto.
La calidad de las películas premiadas, así como el conjunto de las seleccionadas para los oscars, cinco por cada una de las veintidós estatuillas que ilustran los oscars, destacó en comparación con anteriores ediciones, en mayoritaria opinión de los críticos cinematográficos.
Terminada la carrera de los oscars, con todo el impacto de millones de dólares y prestigio que mueve, comienza ya la marcha para los oscars de 1983 en el mundo cinematográfico norteamericano.
Crítica de Rojos en página 32.
Babelia
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