Juan Antonio Ortega propone la reforma de la ley Electoral para evitar el absentismo

Una modificación de la ley electoral que "procure acercar más los candidatos al pueblo" fue defendida anoche, como antídoto contra el absentismo creciente de los electores y el oligarquismo de los partidos, por el exministro y secretario nacional de estudios y programas de Unión de Centro Democrático (UCD), Juan Antonio Ortega, durante la conferencia que pronunció en el Club Siglo XXI, bajo el título "¿Es posible la estabilidad democrática?". Presentó al conferenciante el presidente del Congreso de los Diputados, Landelino Lavilla, quien destacó la incidencia del proceso autonómico sobre la estabilidad política.Juan Antonio Ortega analizó las pautas de comportamiento político de los españoles y detectó en ellas "un cierto síndrome autoritario en el enfoque de los problemas colectivos". Atribuyó muchos hábitos políticos en los partidos actuales, en su organización, funcionamiento y vida interna al hecho de ser "herederos directos del Movimiento-organización", deudor, a su vez, "de elementos oligárquicocaciquiles de la Restauración".

Aseguró que la estabilidad de las instituciones democráticas pasa por un cambio profundo de hábitos y mentalidades que aún no se ha producido. "La democracia consiguió que los españoles dejáramos de ser 'súbditos' y empezáramos a ser ciudadanos. Pero los afiliados de los partidos políticos", dijo, "apenas han dejado de ser súbditos en sus propias organizacíones".

El conferenciante se refirió a la crisis actual de afiliaciones y ofreció como seguro que la cifra de afiliación total de los cuatro principales partidos nacionales "no alcanza al medio millón de personas".

Sobre esta base, Juan Antonio Ortega manifestó que "no hay que criticar tanto el sistema de partidos como a su perversión práctica de tipo oligarquizante, expresada en la carencia de democracia y debate internos y en el predominio, sin contrapesos, de aparatos, direcciones, 'empresas' o sanedrines".

En el actual sistema electoral de listas cerradas y bloqueadas, criticó el conferenciante, "los electores no pueden manifestar sus preferencia hacia candidatos concretos, respecto de otros dentro de una lista", sino que "es el partido quien, elige en la práctica a los diputados concretos y no el elector". Como solución, propugnó la supresión del bloqueo de las listas, de modo que el elector pueda decidir sus preferencias, siempre dentro de una misma fuerza política, alterando, si lo desea, el orden de los candidatos propuestos por las ejecutivas de los partidos.

Propuso también el acercamiento de los candidatos al pueblo mediante la subdivisión de algunas provincias en distritos más pequeños, "para que la elección fuese más personificada y el diputado estuviese más próximo al elector". Asimismo, defendió que la nueva ley electoral debe ser "en extremo restrictiva en relación con la posible proliferación de partidos nacionalistas".

En cuanto a las posibles mayorías para formar Gobierno, rechazó el bipartidismo como polarizador de la izquierda y la derecha y contrario a la estabilidad democrática.

Igualmente condenó el bisagrismo, como propio de quienes están dispuestos a estar, con la derecha o con la izquierda, pero siempre "al sol que más calienta", y calificó de "error histórico importante" la unión del centro y la derecha -UCD y AP- para las próximas elecciones.

Frente a esto estimó que la función del centro es "cristalizar en torno a él el amplio electorado reformista y popular que asegure el progreso en libertad".