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La invasión israelí del Líbano

Israel quiere 'limpiar' de palestinos una amplia franja

El objetivo de la ofensiva de Israd en el sur de Libano aparece mente después de 48 horas de combates: limpiar de fuerzas palestinas la zona situada al sur del río Zaharani con una profundidad de cuarenta killómetros en territorio libanés, con el fin de situar a las localidades fronterizas israelíes fuera del alcance de la artillería y los cohetes de la Organización para la Lberación de Palestina (OLP).

Se trata, pues, de una reedición ampliada de la operación la operación Litani de 1977, cuando el Ejército israelí extendió su zona de Iimpieza hasta el río Litani, situado a 25 kilómetros de la frontera. Ahora, las fuerzas hebreas extienden su radio de acción otros quince kilómetros más al norte y se detendrán a la altura del río Zaharani, a menos de sesenta kilómetros de Beirut.La penetración israelí parece más considerable en la costa y en el centro que en el Este, donde se encuentra la región de Arkub, conocida como tierra de Al Fatah. El Ejército hebreo ha recibido órdenes drásticas de eludir a las fuerzas de la ONU destacadas en la región y evitar todo contacto con las tropas sirias, hasta el punto de que los soldados israelíes no disparan contra las posiciones de la OLP que se encuentran en territorio bajo control sirio.

Otra 'guerra de los seis días'

De esta manera, y de una forma nítida, Tel Aviv da a entender a Damasco que sus objetivos en Líbano son limitados y que de ninguna manera intenta provocar una guerra generalizada en la región.

A pesar de los esporádicos intercambios de fuego de artillería, los sirios no parecen tener prisa por entrar en combate, y si la progresión de las tropas hebreas mantiene su ritmo actual, la operación Paz para Galilea puede quedar terminada antes del fin de semana próximo. El primer ministro Menájem Beguin, al parecer, está muy empeñado en que los soldados puedan regresar a casa para celebrar el chabbath (sábado judío). En resumen, se trataría de una nueva guerra de los seis días

Beguin, ignorando la insistencia de su ministro de Defensa, Ariel Sharon -que preconizaba una ofensiva de gran envergadura para "cambiar radicalmente la situación en Líbano"-, parece haberse inclinado por una operación más modesta, cuyo objetivo esencial es situar el norte de Israel fuera del alcance del fuego palestino.

Esto es lo que explica indudablemente el apoyo brindado al primer ministro por la oposición laborista, cuyos dirigentes máximos, Shimon Peres e Itzhak Rabin, han apoyado públicamente la operación en el sur de Líbano. Conviene recordar que sólo veinticuatro horas antes de la invasión, Peres advirtió al Gobierno contra 'la tentación de una guerra generalizada, que sería contraria a los intereses superiores de Israel".

Un nuevo alto el fuego

La opinión pública, con excepción de la extrema izquierda, ha cerrado filas con el Gobierno, y en la mayor parte de las casas se reza . para que todo termine lo más rápidamente posible y nuestros hijos puedan regresar sanos y salvos".

Philip Habib, el enviado especial del presidente norteamericano Ronald Reagan, se vio obligado a esperar largas horas ante el despacho del primer ministro israelí. Llegado a primeras horas de la mañana, tuvo que aguardar hasta bien entrada la tarde a que le recibiese Beguin, que, a pesar de su pierna enferma, se había trasladado al sur de Líbano.

La razón de este plantón puede tener también otro significado: el Gobierno israelí ha querido dar a entender al enviado de Reagan que ya no se trata de hablar del alto el fuego alcanzado en julio del pasado año. Israel reprocha a Habib el haber negociado esta tregua que, según Tel Aviv, ha favorecido a los palestinos y les ha permitido reforzar sus posiciones militares en efectivos y armamentos.

"El nuevo alto el fuego tendrá que ser radicalmente distinto del anterior. Nada de palestinos armados en un radio de acción a cuarenta kilómetros de la frontera israelí", afirman en Tel Aviv.

Ante esta posición cabe preguntarse quién podrá garantizar esta condición. ¿La ONU? ¿Estados Unidos? ¿Una fuerza multinacional en Líbano? En los círculos gubernamentales contestan que "todo esto se aclarará en el ciarso de futuras negociaciones, pero no nos dejaremos engañar por nadie y no nos retiraremos de Líbano antes de conseguir garantías palpables y serias".

En resumen, el plan israelí es muy claro. Todo depende ahora de los sirios permanecen más o menos neutrales en el combate, el proyecto de Tel Aviv tendrá grandes posibilidades de éxito. Pero si deciden intervenir, será la guerra generalizada, y los objetivos limitados de Beguin dejarán paso a los del ministro de Defensa Ariel Sharon.

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