La guerra de las Malvinas, excelente experiencia para la Alianza Atlántica
Los expertos militares de la OTAN estiman que los 73 días de combates en el Atlántico austral entre Gran Bretaña y Argentina han reportado más enseñanzas tácticas a la organización que decenas de ejercicios y maniobras.Aunque el Estado Mayor británico ha sido hasta el momento avaro en facilitar información sobre las características técnicas de los combates, los responsables militares de la OTAN están de acuerdo en resumir en varios puntos las principales enseñanzas del conflicto.
En primer lugar, el hundimiento del destructor británico Sheffield por un solo impacto de misil Exocet AM-39, de fabricación francesa, disparado por un aparato también francés, el Super-Etendard, pone de relieve la necesidad de la protección aérea para una flota que, de carecer de ella, se halla inerme ante la aviación enemiga.
Al mismo tiempo, el hecho de que el proyectil que destruyó al navío costara 250 veces menos que el propio buque obliga, según estas fuentes, a replantear las relaciones entre blindados y piezas antitanque.
En segundo lugar, se llega a la conclusión de que esta capacidad electrónica se convierte en la primera componente de la guerra moderna, hasta el punto de que los combatientes del mañana lucharán desde detrás de una pantalla luminosa ante un cuadro de visualización, lejos de su enemigo, se halle éste en tierra, mar o aire.
De la misma forma, la guerra austral ha mostrado la importancia de contar con una cobertura de vigilancia del tipo aviones AWACS, del que carecía la aviación británica. En último término, se considera muy ilustrativo todo lo referente a los problemas que plantea el envío de una fuerza a más de 14.000 kilómetros de distancia, sobre todo en técnicas de desembarco, despliegue de tropas, información y logística.
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