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CATALUÑA

El fuego destruye una fábrica de juguetes en la localidad barcelonesa de Ripollet

Un espectacular incendio se produjo en la madrugada del domingo en la localidad de Ripollet, a unos 15 kilómetros de Barcelona ciudad, al arder una fábrica de juguetes. Cuarenta bomberos del servicio de incendios de la Generalitat tuvieron que trabajar denodadamente durante siete horas, a pesar de que su labor pudo desarrollarse a la perfección, gracias a la excelente red de bocas de agua de que dispone el municipio.A las 24.00 horas del sábado se inició el incendio en la industria Potoplastic, dedicada a la fabricación de juguetes. La factoría se halla cerrada por vacaciones, por lo que hubo de ser el vigilante de una industria próxima quien avisara a los bomberos, que se desplazaron desde los cuarteles de Badalona, Granollers, Sabadell y Tarrasa.

Uno de los responsables de los bomberos sabadellenses comentó a este diario que su labor se vio facilitada por la excelente red de bocas de agua. "Muchos municipios deberían aprender la lección, pues gracias a la existencia de las numerosas tomas de agua el fuego no se propagó a otras industrias cercanas. Tanto los incendios en viviendas, en industrias, como en los forestales, la principal dificultad con que nos encontramos es que nos cuesta sobremanera obtener el agua con que apagar el fuego".

El fuego no se propagó a una industria de plásticos

En efecto, fue un auxiliar indispensable la excelente disposición del agua, pues enfrente mismo de Potoplastic se halla ubicada una importante industria de plásticos, La Trilla, nombre con el que se conoce popularmente este polígono industrial de Ripollet. La Trilla fue víctima de un incendio hace varios años.

Un momento especialmente peligroso fue cuando, al rato de trabajar los bomberos, el altillo de la nave cedió. Entonces las vigas se doblaron como si fuesen de mantequilla y se oyó un gran estampido en toda la zona. Sin embargo, no hubo que registrar ninguna lesión por parte de los bomberos que desempeñaban las tareas de extinción.

Hasta las siete de la mañana del domingo los bomberos lucharon contra el fuego, intentando evitar que éste se propagara a otras fábricas. "Había auténticas montañas de juguetes, varias toneladas sin duda", explica uno de los bomberos que pasó la noche en Ripollet. Fundamentalmente se trataba de juguetes de poco valor: rompecabezas, instrumentos musicales de plástico, huchas, etcétera.

Aunque se apunta la tesis del cortocircuito, resulta prematuro lanzar ninguna hipótesis. Las pérdidas son cuantiosas y todavía no han sido evaluadas.

De la estructura del edificio sólo quedan en pie las cuatro paredes. Un retén permanecerá hasta hoy, lunes, en tareas de estricta vigilancia por si pudieran reavivarse las llamas.

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