Los monigotes del 23-F
Acabo de leer, en el número de EL PAIS correspondiente al 24 de agosto, la sorprendente y desfachatada idea, a cargo de García Carrés, de intentar registrar una marca comercial con el 23-F como distintivo.Me parece que nos están dando todas las bofetadas en la misma mejilla. No ha bastado con haber jugado con la voluntad popular y ridiculizar la decisión que los españoles tomaron en su día a favor de la democracia. No. Todavía llevaremos colgado en la espalda tan vergonzoso acontecimiento, como quien lleva el típico monigote del Día de los Inocentes.
Según el artículo 142 del Estatuto de la Propiedad Industrial (citado acertadamente en su periódico), no serían admitidas las marcas comerciales cuyos distintivos "tiendan a ridiculizar ideas, personas u objetos dignos de consideración".
¿No son lo bastante dignos de consideración una idea como la democracia, personas como la abrumadora mayoría de los españoles y un objeto claro como es la voluntad popular?
Espero que la sensatez prevalezca en las autoridades oportunas; no me agradaría encontrar en el supermercado un nuevo aceite de colza desnaturalizado marca 23-F./
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