La oposición integrista egipcia intensifica su resistencia al regimen de Hosni Mubarak

El XII aniversario de la muerte de Gamal Abdel Nasser, celebrado ayer discretamente por los árabes, en medio de la conmoción creada por la matanza de los palestinos en la capital libanesa, coincide en Egipto con un recrudecimiento de la agitación integrista, acusada por el régimen del presidente, Hosni Mubarak, de fomentar un nuevo golpe de Estado.

Los esfuerzos hechos por el Rais para congraciarse con la oposición y reconciliarse con el resto del mundo árabe han dado hasta ahora resultados limitados, mientras en el plano interior parece descartarse la prevista supresión del estado de emergencia decretado en octubre pasado, tras el asesinato de Sadat.La tensión confesional en Egipto había decrecido considerablemente como consecuencia de las medidas de apaciguamiento dictadas por Mubarak, que han supuesto la liberación de 1.046 detenidos políticos, en su mayor parte jóvenes integristas pertenecientes a varios grupos de acción implicados en el asesinato de Sadat. Sin embargo, el peligro de un nuevo "complót terrorista islámico" no ha desaparecido, como lo prueba la revelación hecha el 16 de septiembre por las autoridades, a propósito de la detención de 180 miembros de la secta Al Sihad (La Guerra Santa), acusados de atentar contra la seguridad del Estado.

Estas detenciones constituyen un jarro de agua fría para los partidarios de la liberalización del régimen, y la izquierda marxista ha denunciado una nueva cacería de brujas.

Se sabe que una parte de los detenidos habían sido liberados en agosto, por considerar que habían dejado de representar una amenaza para el Estado.

La política puesta en práctica por Mubarak no ha sido asimilada por completo por los grupos activos del integrismo, que acusan al Rais de seguir siendo un rehén del sector más retrógrado del Ejército, partidario del reforzamiento de lazos con Estados Unidos. El hombre más peligroso para los fundamentalistas no es Múbarak, sino su mentor más directo, el mariscal Abu Ghazala, elevado al rango de viceprímer ministro, encargado de la Defensa en la última remodelación ministerial, celebrada hace dos semanas.