Ronald Reagan prepara nuevas propuestas para Moscú sobre control de armas nucleares
La confirmación de la voluntad norteamericana de continuar negociando un control de armas nucleares con la Unión Soviética, pero sin marginar la instalación de cien nuevos misiles intercontinentales del tipo MX, se espera que constituya el eje del discurso sobre armamento que el presidente Ronald Reagan dirigirá mañana lunes a la nación.
No se prevén grandes novedades en un discurso cuyo texto ultima Reagan durante este fin de semana en su residencia de Camp David, en las cercanías de Washington. Todo el interés radica en esperar si realmente habrá nuevas señales de distensión por parte de la Administración norteamericana hacia los nuevos dirigentes de la Unión Soviética.El objetivo principal del discurso televisado durante la noche del lunes (dos de la madrugada del martes, hora de Madrid) va orientado a demostrar a la opinión pública norteamericana e internacional que Ronald Reagan desea continuar una política de reducción de armas nucleares, capaz de atenuar el temor de una guerra atómica en el mundo.
Elementos nuevos de política interior (como el reciente referéndum sobre congelación de armas nucleares y la pastoral de los obispos católicos en el mismo sentido) pueden obligar al presidente a ser más flexible en su lenguaje hacia la URSS. El hecho de que haya un nuevo hombre al frente del Kremlin puede ser también un elemento moderador de la alocución presidencial.
Según algunos observadores es muy probable que Reagan recuerde su iniciativa lanzada hace un año (el 17 de noviembre de 1981), que proponía a la Unión Soviética la reducción al nivel cero de las armas estratégicas en Europa. Propuesta ésta que consistía en solicitar á los soviéticos el desmantelamiento de los misiles SS-20, dando como contrapartida la renuncia de, la OTAN al despliegue en territorio de Europa occidental de los polémicos cohetes Pershing 2. Moscú rechazó la oferta porque no incluía la totalidad del arsenal nuclear de la OTAN en Europa.
Reagan mantendrá el lunes su doble lenguaje de pedir el desarme, por un lado, y recordar por otro que la "fuerza es el mejor argumento" para mantener la paz. De ahí que se espere la presentación oficial del plan norteamericano para la instalación de cien nuevos misiles intercontinentales del tipo MX, destinados a sustituir al millar de cohetes Minuteman en servicio.
Con un coste aproximado de 26.000 millones de dólares (en un presupuesto militar para 1983 de 214.000 millones), el programa MX puede encontrar seria oposición en el Congreso estadounidense.
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