Las lluvias pueden remediar una situación catastrófica en el campo andaluz
Andalucía Occidental ha recibido estos días con júbilo la visita de la lluvia, que viene a paliar una situación que se presumía catastrófica para este verano, tanto en lo que respecta a la recogida de cosechas como en el suministro de las ciudades. Sevilla, con más de cuarenta litros por metro cuadrado en los tres últimos días, la mitad ayer, ha sido la más beneficiada. Precisamente la Empresa de Aguas de Sevilla había anunciado para el próximo lunes las primeras restricciones.
A primera hora de la mañana de ayer se habían recogido veintinueve litros en Sevilla, quince en Huelva, tres en Jerez y dos en Córdoba y en Morón. Durante la mañana siguió lloviendo, con intensidad en algunos lugares, hasta el punto de que a primera hora de la tarde se habían recogido ya los veintidós litros por metros cuadrado. El agua, tras un largo periodo de sequía que viene a continuación de dos años malos en este aspecto, ha venido a poner un parche en lo que está a punto de constituirse en una catástrofe para el campo andaluz. La cosecha de arroz de las marismas del Guadalquivir no se ha podido sembrar este año porque la falta de agua ha hecho que las mareas dominasen sobre el agua dulce y que el índice de salinidad en la zona impidiese el cultivo. El secano ha corrido peligro, y de hecho se ha perdido en algunos sitios; los riegos están a punto de dejar agotados los pantanos y los pastos están secos.La Asocación de Agricultores y Ganaderos de Andalucía, ASAGA, había evaluado recientemente en 52.000 pesetas las pérdidas del campo andaluz y había lanzado una llamada de socorro a la Junta de Andalucía, solicitando la declaración de zona catastrófica. En lo que se refiere al suministro de agua a las ciudades, Cádiz sufre restricciones desde hace diez días, con corte del suministro de agua de once de la noche a siete de la mañana. En Sevilla, la empresa que controla el agua, EMASESA, había anunciado anteayer su intención de aflojar la presión del agua durante las noches a partir del lunes, y el Ayuntamiento ha anunciado la prohibición de utilizar el agua en piscinas, jardines privados o para el lavado particular de coches.
De momento, la cantidad que ha caído dista mucho de remediar los problemas producidos por la sequía hasta ahora, pero existe confianza en que las lluvias se prolonguen, aunque sea de forma intermitente, al menos hasta el próximo domingo. Tal cosa es un fastidio en Sevilla, metida en Feria, porque bajo el agua no es agradable pasear en caballo por el Real de la Feria, ni asistir a las corridas de la Maestranza, ni saltar de caseta en caseta por la noche, pero a pesar de todo el agua se da por bien venida, ante la necesidad de ella que existe en toda el área.
Respecto a los efectos positivos, el agua puede salvar parte del cultivo de secano, y es excelente para el girasol, al tiempo que alimenta esperanzas respecto al algodón. Todo ello, sobre la base de que la situación actual es angustiosa. En cuanto a los pantanos, muy bajos, lo que hasta ahora ha caído no tiene apenas repercusión en ellos. La tierra estaba terriblemente seca y el agua no ha caído apenas en chaparrones violentos, por lo que no se han producido escorrentías y a los pantanos prácticamente no ha llegado más que lo que les ha caído encima.
De otra parte, las reservas hidráulicas en España, a raíz de las últimas lluvias, han aumentado en 22 hectómetros, lo que supone un 0'1 por ciento de la capacidad total de los embalses. Este ligero aumento se ha producido fundamentalmente en las cuencas del Duero y norte, mientras que se ha apreciado una disminución en las del Ebro y pirineo.
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