Individuos de paisano actúan en Polonia contra los manifestantes ante la pasividad de la policía
Desde la manifestación del Primero de Mayo se advierte en Varsovia la creciente presencia de grupos de civiles de oscura procedencia, que roban, actúan violentamente contra los manifestantes, y asaltaron un centro de ayuda a los presos políticos en un convento. El Primero de Mayo se observó en Varsovia cómo individuos de paisano, algunos con radioemisores, actuaban entremezclados con los policías uniformados, golpeaban a los manifestantes y arrancaban las banderas y pancartas del sindicato clandestino Solidaridad.Un estudiante venezolano, becado en Cracovia por el Gobierno polaco, trabó conocimiento con una de estas patrullas. El estudiante fue detenido en la tarde, cuando trataba de hacer una foto, a la entrada de la ciudad vieja de Varsovia, adonde había venido a pasar el día con unos- amigos.
Varios individuos le rodearon y le llevaron hacia un vehículo tipo Jeep, que no tenía matrícula. El estudiante explicó a EL PAÍS que le transportaron por un puente al otro lado del Vístula. Los conductores fueron detenidos por la policía, pero mostraron unos carnés y pudieron continuar su viaje. A unos 15 kilómetros de Varsovia pararon el vehículo, empezaron a insultarle y le golpearon sin mucha contundencia, pero le dejaron la cara arañada. Los individuos le arrancaron la cadena de oro, le quitaron el reloj, la cámara de fotos y le robaron 200 dólares. Después le volvieron a transportar hasta las afueras de Varsovia, donde le dejaron en libertad.
La tarde del 3 de mayo, 20 personas asaltaron en la calle de Piwna, en la ciudad vieja de Varsovia, el convento de monjas situado al lado de la iglesia de San Martín, donde se centraliza la ayuda para los presos y sus familiares. Este comité actúa bajo la dirección de la Iglesia y depende del primado,cardenal Jozef Glemp. Durante 10 minutos, los asaltantes destruyeron el almacén de medicamentos; golpearon a una anciana, a la que fracturaron un hueso, y secuestraron a tres colaboradores, que fueron transportados en un camión sin matrícula.
Todo esto ocurrió con la ciudad vieja llena de policías en uniforme, que vigilaban ante la posibilidad de manifestaciones con motivo del 3 de mayo, aniversario de la primera Constitución polaca.
Los 'duros' del partido
A unos 20 kilómetro de Varsovia, los secuestradores lanzaron desde el camión uno detrás de otro a los tres secuestrados, que pudieron regresar sin mayores daños. La actividad de estas bandas se relaciona en la capital polaca con grupos de duros en el partido, que están dispuestos a hacer todo lo necesario para impedir la visita del Papa y acabar con la línea moderada del actual Gobierno de Polonia. En el asalto del convento, un sacerdote se dirigió a los asaltantes y les dijo que el ministro del Intejrior, general Kiszczak, había auto-rizado sus actividades en favor de los presos. Kiszczak es el ministro polaco del Interior. Uno de los asaltantes replicó: "¿Qué me importa a mí Kiszczak? Él no es nuestro jefe".
En Varsovia ha despertado inquietud el ataque de la publicación soviética Nowoje Wremja (Nuevo Tiempo), que arremete contra el semanario del partido comunista polaco Polityka, que hasta hace poco dirigía el actual viceprim.er ministro, Mieczyslaw Rakowski, que se siente muy próximo a su antiguo periódico. En el ataque más fuerte desde la declaración de estado de guerra, la publicación soviética critica que Polúyka escriba entre conifilas sociaftmo real, porque considera que le da un tono despectivo.
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