El Ministerio de Industria y el sector eléctrico estudian la fusión de las principales firmas catalanas del ramo
El Ministerio de Industria ha empezado a estudiar seriamente la posibilidad de propiciar una fusión de las principales compañías eléctricas catalanas entre sí y con Eléctricas Reunidas de Zaragoza, para la formación de una, gran empresa catalano-aragonesa de carácter mixto público-privado. Se trata de la remodelación de algunos proyectos anteriores cuyo espíritu ha sido rescatado por el ministerio en las últimas semanas, puesto que conecta directamente con su proyecto de reordenación y racionalización del sector eléctrico, iniciado con la nacionalización de la red de alta tensión.
El objetivo del Gobierno es doble: la reordenación financiera del sector (ya iniciada con el pacto sellado el pasado miércoles, que incluye, entre otros compromisos, la nacionalización de la red de alta tensión y una reorientación tarifaria y financiera) y la simplificación del mapa eléctrico, de forma que se reduzca el número de grandes empresas existentes en toda España, lo que simplificaría el diálogo con el sector, introduciría mayor racionalidad en las redes de distribución y dotaría a las nuevas firmas de una dimensión más apta para enfrentarse a las dificultades financieras derivadas del alza del dólar, moneda en que se han endeudado las eléctricas, especialmente para acometer el programa nuclear.El mapa eléctrico español, en aplicación de esta filosofía, quedaría configurado por sendas grandes compañías privadas que encabezarían el sector en amplias comunidades, en torno a las que girarían otras compañías más pequeñas: Iberduero en el norte, Hidroeléctrica Española en la zona centro, Unión Eléctrica-Fenosa en Galicia y la zona extremeña, Sevillana en Andalucia y la nueva sociedad en Cataluña y Aragón. Junto a ellas, seguiría jugando un papel fundamental la empresa pública Endesa, tecera del ranking global.
La nueva firma englobaría por fusión a las cuatro grandes catalanas, FECSA, ENHER, Hidroeléctrica de Cataluña, Fuerzas Hidroeléctricas del Segre, y a Eléctricas Reunidas de Zaragoza. Un precedente lejano de las tentativa de fusión radica en los estudios que se realizaron hace ya algunos años para calibrar la conveniencia de unificar ENHER con la también pública Endesa. Este plan, revitalizado el pasado otoño, quedó descartado por el nuevo Gobierno socialista poco después, puesto que si por un lado simplificaba el esquema gerencial de dos entidades públicas, por otro las ventajas añadidas no eran excesivas, y primaba sobre ellas el eventual desarraigo de la empresa respecto a sus raíces y su campo de actuación estrictamente catalanes.Precedente inmediato
Otro precedente, este más directo, de la posible fusión de las cinco empresas estriba en los estudios concluidos hace un par de meses por FECSA e Hidroeléctrica de Cataluña (Hidruña), orientados a dilucidar la conveniencia de fusionar ambas empresas. La duplicidad de sus redes de distribución, especialmente en el casco urbano de Barcelona y su área metropolitana, evidenció que las teóricas ventajas de la mayor dimensión no eran suficientes para afrontar los problemas comunes -sobre todo, el endeudamiento- y que la salida posible debía encaminarse hacia un conglomerado más amplio.
Así las cosas, y paralelamente a las conversaciones con el ministerio para la reordenación general del sector, se esbozó la idea de ampliar hasta las cinco empresas mencionadas el proyecto de fusión, que actualmente está en un estadio de primeras conversaciones previas. La inclusión, sobre el papel, de las cinco empresas, se debe a razones de complementariedad y, por tanto, de economías de escala. Así, por ejemplo, las zonas de distribución de ENHER son complementarias de las de FECSA e Hidruña, lo que ocurre igualmente con los trazados de la compañía del Segre.
De otro lado, el excedente de producción que caracteriza a varias de las compañías catalanas podría equilibrarse mediante la incorporación al proyecto de Reunidas, firma aragonesa que tiene un déficit de caudal energético. En contrapartida a esta eventual ventaja de Reunidas, ésta compartiría las operaciones expansivas de las empresas catalanas, sobre todo en el ámbito nuclear. Se da la circunstancia, además, de que FECSA es uno de los principales accionistas institucionales de Reunidas, así como de Segre, en la que posee casi un tercio del capital.
El hecho de que el planteamiento de esta operación incluya a ENHER, de carácter público, parece no ser un obstáculo mayor, por cuanto en su operativa ha venido actuando desde hace años de forma semejante a las empresas privadas. Esta incorporación, evidentemente, implicaría que la empresa resultante de la fusión. tuviese una propiedad mixta público-privada.
El endeudamiento
El principal problema que afrontan las eléctricas catalanas es idéntico al del resto del sector en toda España: la carga finan ciera, debida al endeudamiento en el extranjero, tomado especialmente para la construcción de las centrales nucleares. Así por ejemplo, FECSA tiene un endeudamiento a medio y largo plazo de 129.000 millones y ENHER, de 103.000 millones. El reparto de las participaciones de cada eléctrica en ellas es como sigue: En Vandellós-I (que lleva diez años de funcionamiento) os tentan sendos 23%, FECSA, ENHER e Hidruña, y Segre tiene un 6%. En Ascó-I (cuya entrada en fúncionarniento, siempre retrasada, parece ahora inminente) Fecsa es absolutamente mayoritaria, mientras que en Ascó-II FECSA y ENHER mantienen cada una un 40%, Hidruña ostenta un 15% y Segre, un 5%. En Vandellós-II la mayoritaria es ENHER, con un 54%; seguida de Hidruña (28%), Segre (10%) y FECSA (8%). Naturalmente, los diferentes grados de compromiso en el programa nuclear, y por tanto de inversión y endeuda miento, constituyen la principal dificultad para la armonización de actitudes y por tanto para la realización del proyecto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.