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Aumenta el temor a la guerra con Siria en el norte de Israel

En las zonas fronterizas del norte de Israel es patente el temor a una eventual reanudación de las hostilidades con Siria. "Hemos vuelto a entrenar a nuestros escolares para que bajen a los refugios en el mínimo de tiempo posible", manifestó un profesor de Kiryat-Shmonab -a tres kilómetros de la frontera libanesa y, por tanto, al alcance de las baterías sirias de la Bekaa-, cuando fue preguntado si creía que se podía producir una nueva guerra sirio-israelí. Ayer, la aviación israelí sobrevoló Beirut y el valle de la Bekaa, sin que las fuerzas sirias contestaran a lo que consideran una provocación.

Los habitantes de esta localidad, que durante mucho tiempo estuvieron al alcance de los bombardeos palestinos, están doblemente inquietos. No dudan de la buena voluntad del Gobierno libanés, sino de su capacidad para impedir el regreso de los comandos palestinos, al sur de Líbano, una vez concluida la retirada israelí.Por otro lado, estas gentes oyen acercarse la guerra contra Siria. Lo mismo ocurre en las poblaciones del Golán. Las noticias alarmantes sobre el continuo reforzamiento de los efectivos sirios en la Bekaa libanesa, sobre amplias maniobras sirias frente a dicho territorio ocupado por Israel a las fuerzas de Damasco en 1967 y anexionados a finales de 1981, es el tema de discusión común de los habitantes de los kibutzim.

Estas personas se extrañan también de la insólita prudencia de las fuerzas israelíes, como quedó patente en el reciente incidente aéreo sobre territorio libanés con los sirios. Los disparos de los aviones de Damasco no fueron contestados por los aparatos de Tel Aviv, ya que los pilotos recibieron instrucciones estrictas de evitar cualquier enfrentamiento, algo sin precedentes en la historia de la región en los últimos años.

Los pobladores de los kibutzim no ocultan su sorpresa ante este extraño encuentro aéreo. "¿Cómo han osado los sirios atacar una de nuestras escuadrillas, es que han olvidado la lección que les dimos el pasado verano? Los sirios pueden ser cualquier cosa menos unas imbéciles, afirma un joven del kibutz de Merom-Golán.

Los dirigentes israelíes utilizan todos los tonos para desmentir que exista un auténtico peligro de guerra. El ministro de Defensa, Moisés Arens, y su jefe de estado mayor, general Moisés Levy, hacen todo lo posible para disipar los temores de la población. Afirman y reiteran que Siria no tiene la menor intención de desencadenar una guerra generalizada contra el Estado hebreo.

Acuerdo secreto

Tel Aviv, que se mantiene en estrecho contacto con Washington, está convencida de que los sirios buscan únicamente aumentar sus bazas de cara a una futura negociación sobre la retirada de sus tropas en Líbano.Por otro lado, el presidente sirio, Hafez el Asad, se considera engañado por el Gobierno israelí. Efectivamente, en Tel Aviv se recuerda que el antiguo ministro de Defensa, Ariel Sharon, prefirió un reparto de Líbano con los sirios al tratado sobre retirada de tropas firmado recientemente con Beirut. Sharon mantuvo, incluso, un encuentro secreto con Rifat, Asad, hermano del presidente sirio, en un hospital norteamericano, cerca de Nueva York, el pasado año. Ambas personalidades estuvieron de acuerdo, al parecer, sobre una división de Líbano en zonas de influencia.

La salida de Sharon del Ministerio de la Defensa y la entrada en funciones del nuevo titular, Moisés Arens, acabaron con este proyecto, con gran irritación por parte de los sirios.

Para Arens, sólo hay una prioridad: el retorno de los soldados israelíes, cazados en el cepo libanés, y la restauración de la afianza con EE UU, debilitada por la intervención israelí en Líbano.

La postura de la URSS

Por eso ha difundido la consigna de evitar al máximo los enfrentamientos con los sirios. "Contrariamente a lo que generalmente se afirma, la Unión Soviética está más bien frenando a los sirios en lugar de alentarlos", acaba de declarar Mardoqueo Tzipori, para quien "los sirios saben muy bien que su capital, Damasco, está al alcance de nuestra artillería y se lo pensarán dos veces antes de lanzarse a una nueva guerra".En Oriente Próximo, la lógica no siempre tiene la última palabra. "Por eso debemos mantenernos vigilantes ante cualquier eventualidad", afirma Tzipori.

Queda, sin embargo, un interrogante que centra la atención de la opinión israelí y de las embajadas en Tel Aviv: saber qué ocurrirá si los sirios realizan nuevas operaciones ofensivas, similares al mencionado incidente aéreo.

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