El veneno como remedio
En la homeopatía, la enfermedad se combate empleando dosis mínimas de la sustancia que causa el mal
La homeopatía es una ciencia médica, basada en la ley de la similitud, que diagnostica las enfermedades a partir de las peculiaridades constitucionales y la sintomatología del enfermo; en suma, busca la curación del enfermo y no de la enfermedad.La ley de la similitud, intuida por los grandes médicos de la antigüedad, fue articulada científicamente por Samuel Hahnemann (1755-1843), aplicando a las enfermedades, en dosis mínimas, las sustancias que en una cantidad mayor generan en el hombre sano síntomas parecidos a los que se quiere combatir,
Hahnemann desarrolló esta ley en tres principios básicos; el primero de ellos: la experimentación sobre el hombre sano. Hahnemann experimentó sobre él mismo y llegó a formular las propiedades de 61 medicamentos.
Fuerza vital
El segundo principio se basa en la fuerza vital; la homeopatía mantiene que todo ser vivo está regido por una fuerza vital, que anima y equilibra en su totalidad al cuerpo; es ésta la razón de que cualquier sentimiento negativo, pasión o estado de ansiedad se manifiesten en el organismo, desestabilizando su equilibrio y dando lugar a la enfermedad física, que sería la última manifestación del mal. Este segundo principio genera el tercero, basado en el axioma de que no hay enfermedades sino enfermos, al considerar al hombre como un ser total y dando una importancia básica a las reacciones y sintomatología que presenta cada individuo que padece la misma enfermedad, de tal forma que se aplican diferentes medicinas a un paciente que a otro, aunque el mal sea común.
El médico homeópata clasifica los desarreglos orgánicos en tres fases: alteraciones sensoriales, alteraciones funcionales y alteraciones lesionales. Cuando un cuerpo lanza avisos de índole sensorial, la corrección de los mismos resulta fácil.
Dosis mínimas
Las alteraciones funcionales también pueden ser totalmente dominadas, aunque la rapidez en la curación dependerá del grado de desarreglos, que pueden ser muy leves o estar a punto de lesionar el órgano. En la tercera fase, el proceso de alteración llega a dañar el órgano, y esto es casi irreversible, dado que la parte afectada queda parcialmente incapacitada para desempeñar sus funciones. Naturalmente, es más peligrosa una lesión en órganos como el corazón.
Las materias aplicadas son naturales y en mínimas dosis.
La homeopatía, poco conocida en España, tiene mucho prestigio en Europa, especialmente en Francia e Inglaterra. En Madrid existe una farmacia hemeopática, que ha permanecido de forma tradicional, y allí mismo se elaboran los medicamentos.
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