Los españoles presos en Bangkok no serán repatriados antes del próximo verano

Los 13 españoles encarcelados en Tailandia en dramáticas circunstancias no serán repatriados hasta que el Parlamento de Bangkok apruebe el convenio de reciprocidad de cumplimiento de penas, lo que no ocurrirá antes de abril, mes en el que los diputados tailandeses reanudan la actividad parlamentaria. Ello puede suponer que los primeros españoles en volver no lo hagan antes del verano."La aprobacién de este convenio no implica la inmediata repatriación de los encarcelados, por dos razones; en primer lugar porque habrá de transcurrir un tiempo para ejecutar el acuerdo, y en segundo, porque todo dependerá de los términos del convenio", manifestó el diputado Manuel Gallent.

El texto contempla la repatriación de los presos sólo después de haber cumplido cuatro años de cárcel en Tailandia, aunque también existe la posibilidad de que se incluya el requisito de haber cumplido un tercio de la pena dictada. De los 13 españoles que se encuentran encarcelados en el país asiático, dos aún no han sido juzgados. Los restantes cumplen penas que van desde la cadena perpetua, que afecta a tres de ellos, a la de tres años de cárcel. Todos están acusados de tráfico de droga.

Gallent y la Asociación Pro Derechos Humanos de España han venido denunciando repetidamente las condiciones en que se encuentran los presos, circunstancias que costaron la vida a uno de ellos el 9 de diciembre. En un reciente escrito dirigido al ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, el parlamentario pide al Gobierno que realice las gestiones oportunas para "paliar en lo posible la dantesca situación que atraviesan los presos".

El diputado también recomienda que se nombre una comisión para investigar "las fundadas sospechas de presuntas irregularidades de algunos funcionarios no diplomáticos de la Embajada de España en Bangkok". Fuentes de la Asociación Pro Derechos Humanos sostienen que hay que analizar en profundidad la actividad de una mujer llamada Tharinee, empleada tailandesa de la embajada, a quien se acusa de haber sometido a los presos a continua explotación, exigiéndoles dinero e incluso proponiéndoles contactos excesivamente privados con algunos funcionarios, a cambio de acelerar el papeleo.