Un burócrata conservador

El nuevo líder del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), de 72 años, encarna la tendencia conservadora entre los altos dirigentes del Kremlin. Producto típico del apparatchik, nunca ha ejercido otras funciones que las de cuadro del partido.Constantin Ustinovich Chernienko nació el 24 de septiembre de 1911 en el pueblecito siberiano de Bolshaya y abandonó la escuela a los 12 años de edad. Procedente de una familia de pastores ucranianos, ingresó en el PCUS en 1931, mientras cumplía el servicio militar, y volvió a su región natal como secretario encargado de propaganda.

Tras asistir a la Escuela de Cuadros del Partido en Moscú, Chernienko fue destinado a Penza, en la Rusia central y, en 1948, a la República de Moldavia, en el suroeste de la URSS. Allí comenzó a trabajar para Leonid Breznev, entonces jefe del partido en Moldavia, y estableció con éste unas estrechas relaciones que le acercarían a los núcleos de poder.

Asistió a las clases de una escuela de magisterio en Kishinev y se graduó en 1953, a los 42 años de edad. Breznev le llamó a Moscú tres años más tarde y fue nombrado secretario general, de propaganda. Al llegar Breznev al poder, en 1964, Chernienko pasó a ser jefe de su secretaría.

En 1971 fue nombrado miembro del Comité Central del PCUS y seis años después miembro suplente del Politburó, del que sería titular en 1978.

Chernienko apareció en numerosas ocasiones al lado de Breznev, cuando éste viajaba al extranjero o recibía en Moscú a dirigentes de otras naciones. Así, estuvo presente en la firma del Acta de Helsinki, en 1975, y en la del Tratado SALT II, en Viena, en 1979. La muerte del ideólogo del PCUS, Mijail Suslov, y la caída en desgracia de Andrei Kirilenko colocaron a Chernienko en una posición privilegiada, que le hizo ser considerado como el delfin de Breznev, aunque fue Andropov quien heredó a este.

A partir de entonces, Constantin Chernienko ocupó el puesto de Suslov como ideólogo del partido. Tras una etapa en la que estuvo relegado de los principales puestos en las comparecencias públicas, sólo un día antes de la muerte de Andropov Pravda dedicó media página a un artículo en el que se elogiaba una reedición de sus artículos políticos.