El precio del dinero bajará en España si lo hace el dólar y se mantiene el ritmo de las exportaciones, según Boyer

El ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, cifró ayer como uno de los objetivos prioritarios del Gobierno socialista para 1984 la inversión de la curva creciente del paro. Boyer predijo, asimismo, un descenso de los tipos de interés activos en España, en el curso del año, si se confirma la tendencia a la baja del dólar, y se mantienen los buenos resultados del comercio exterior.

Al concluir la conferencia extraordinaria de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) sobre Previsiones a largo plazo de la economía occidental, que ha tenido lugar en París, Boyer hizo unas declaraciones a la prensa española, en las que contrastó los favorables resultados del sector exterior de la economía española en 1983 y las buenas perspectivas para el presente ejercicio si se confirma -"lo que veo difícil", según dijo- un descenso de los tipos de interés en Estados Unidos, una baja más previsible en la cotización del dólar y una dudosa adopción por parte de Washington de medidas efectivas para controlar su déficit público.Hasta cierto punto, el ministro de Economía condicionó algunas decisiones importantes españolas en materia de política monetaria a una evolución moderada del dólar y, sobre todo, a la confirmación del buen comportamiento del sector exterior español y del nivel de reservas.

Descenso paulatino

Según Bover, si el descenso del dólar fuera virulento, tendría efectos negativos para la economía española. Pero si el descenso fuera paulatino y acarreara una baja de los tipos de interés en Estados Unidos, el ministro consideró que España tendría "un margen más amplio de maniobra" en su política monetaria, hasta el punto de permitir una baja real en los tipos de interés."De todas maneras, si el comercio exterior evoluciona como lo ha hecho en los últimos meses, también se produciría una baja de los tipos de interés en España, teniendo en cuenta que estos se han mantenido altos por necesidades en el volumen de reservas", dijo Boyer.

El ministro señaló que el Gobierno tiene como objetivo un crecimiento real de la inversión hasta el 4,5% en 1984, sobre todo después de constatar que la inversión experimentó una caída de un punto en 1983. Para Boyer, el aumento de la inversión es fundamental para conseguir un nivel aceptable de crecimiento en la economía española y en los objetivos de invertir la tendencia creciente del paro.

El responsable de Hacienda señaló que, con excepción del índice de paro, los objetivos gubernamentales para 1983 se han cumplido. El producto interior bruto (PIB) ha crecido un 2,1%, la inflación se ha reducido al 12,2% y la balanza por cuenta corriente ha disminuido de 4.500 a 2.100 millones de dólares, lo que en términos del PIB significa que se ha pasado del 2,2% al 1,6%, "precisamente el objetivo para 1984 y que se ha alcanzado en 1983".

Por tanto, para 1984, el Gobierno dispondrá, según Boyer, de un mayor margen en el sector exterior y tiene previsto reducir, a cantidades casi nulas, el endeudamiento externo del Estado. Boyer señaló que las necesidades de financiar el déficit por cuenta corriente, que se situará en cifras inferiores a los 2.000 millones de dólares, se cubrirán por medio de la inversión extranjera.

La evolución del dólar es una de las mayores preocupaciones, ya que su tendencia alcista a lo largo de 1983 "ha sido responsable de un incremento en tres puntos de la inflación registrada en ese año", según Boyer. Si se produce una caída moderada en la cotización del dólar (el Gobierno estima, según fuentes solventes, que la relación dólar-peseta se situará en 150 a finales de año), Boyer resaltó los efectos antiinflacionistas de la citada tendencia y anticipó que si la misma coincide con buenos resultados en el comercio exterior, se podrá suavizar la política monetaria.