Sueldos de militares
En relación con la información aparecida en EL PAIS del día 17 de febrero de 1984, sobre la subida de los sueldos de los militares, quiero hacer constar que es totalmente tendenciosa. Incluye un subtítulo -Los salarios del Ejército se equiparan a los que rigen en la Administración civil- que puede inducir a los lectores a considerar que los sueldos de los funcionarios civiles son semejantes a los que se incluyen en el cuadro referidos a los militares. Esa apreciación es errónea, pues un sargento, último en la escala militar, cobra en 1984 más que un funcionario del Cuerpo General Administrativo con nivel 14, y la cifra se dispara en relación a las retribuciones de auxiliares y subalternos. Además, a la función pública se llega mediante oposición de dificultad no desdeñable, sobre todo por el número de aspirantes, mientras que en el Ejército basta con reengancharse. En el Ejército la promoción está asegurada por el transcurso de los años, mientras que el funcionario civil se jubila de lo que entra, a no ser que se someta a sucesivas oposiciones en concurrencia con gente que no es de la Administración.Los militares disponen de viviendas, situadas en las mejores zonas de las ciudades, por las que pagan 4.000 pesetas de alquiler; los funcionarios, por menos de 40.000 no consiguen una casa de similares características, y han de extraer esta cantidad de un sueldo más exiguo. Sin hablar de las farmacias militares, economatos, residencias de vacaciones, etcétera.
En fin, creo que era hora de que equipararan a los funcionarios civiles con los militares, al menos en los niveles inferiores. Lo que se hace con la nueva ley de Retribuciones es aumentar las diferencias; pero, por favor, no engañen a los ciudadanos, que tienen derecho a una información veraz, y no quieran justificar una medida discriminatoria para los funcionarios civiles en un hipotético principio de justicia. Las decisiones del Gobierno son responsabilidad suya. No tienen que hacerle el panegírico. ¿O sí? /
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