La sombra de Aquino y de la opinión pública internacional
El asesinato del líder de la oposición, Benigno Aquino, y la presión de la opinión pública internacional fueron los factores externos a la campaña electoral que mayor influencia tuvieron en los comicios celebrados ayer en la República de Filipinas.Durante los nueve meses transcurridos desde su asesinato, aún no esclarecido, en el aeropuerto internacional de Manila, la figura del ex senador Benigno Aquino ha dominado la vida política de la República de Filipinas y causado serias dificultades al régimen del presidente Ferdinand Marcos. La mayoría de los partidos de la oposición ha reivindicado desde entonces a Benigno Aquino como su mártir.
Pero esa coincidencia de opiniones no se plasmó en una acción conjunta de cara a las elecciones legislativas de ayer, y los grupos de oposición concurrieron a la batalla electoral divididos, cuando no enfrentados, y con el retrato de Minoy Aquino como único factor común de sus campañas.
Incluso la familia del líder desaparecido estuvo dividida, y mientras su viuda, Cory Aquino, hacía campaña a favor de la coalición Unido, que participó en las elecciones, su hermano, Agapito Butz Aquino, fue uno de los principales organizadores del boicoteo de los comicios.
Marcos ha dicho que la muerte de Aquino no afectaría a su partido, el Movimiento de la Nueva Sociedad (KBL), por la "excesiva explotación" del asesinato en los dos meses siguientes al mismo.
A Marcos le preocupaba más la repercusión internacional del crimen de cara a los créditos que necesita la maltrecha economía filipina, y especialmente el impacto en Estados Unidos, su principal aliado e inversor.
El "aplazamiento" de la visita de Ronald Reagan a Manila, en noviembre del pasado año, y su no realización hace unas semanas, cuando el presidente norteamericano viajó a China, han sido serios golpes para Marcos.
Del mismo modo, el vicepresidente George Bush ha visitado estos días otros países asiáticos sin hacer escala en Manila.
La invitación del presidente de la Asamblea a delegaciones de nueve países occidentales no fue atendida, con la excepción, "a título particular", de tres parlamentarios franceses, aunque la embajada gala en Manila se apresuró a aclarar que Xavier Deniau y otros dos diputados visitaban el archipiélago "a título particular". El Senado y la Cámara de Representantes de EE UU declinaron la invitación por "exceso de trabajo".
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