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La ampliación del Mercado Común

La CEE no ampliará la capacidad de pesca que España posee actualmente en aguas de los 'diez'

Andrés Ortega

La Comunidad Económica Europea (CEE) no ofrecerá en principio a España más capacidad de pesca en aguas de los diez que la que posee actualmente, y tampoco reconocerá los derechos históricos que reclama España en las costas de Francia, Irlanda y Portugal, según la última propuesta presentada por la Comisión Europea que preside Gaston Thorn, que a partir de ahora tendrán que examinar los países miembros de la Comunidad.

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La Comisión ha propuesto generalizar el sistema de licencias de pesca en toda la CEE para los barcos de más de 10 metros de largo, para no discriminar a España, durante un período transitorio hasta 1992 "cuya existencia y duración no constituyen un objetivo de negociación". En 1992 ha de revisarse -seguramente para confirmar la situación existente hasta el 2002- la Política Pesquera Común. De hecho, países como Francia y Dinamarca se resisten a aceptar las sugerencias de la Comisión en cuanto al régimen de licencias, por lo que se puede poner en duda la propuesta formal que presentará la CEE el 2 de octubre.La Comisión propone que para 1985 se reconduzca el acuerdo pesquero de 1984 con España. Éste otorgaba un cupo de pesca a España en aguas comunitarias -en las mismas zonas que hasta ahora- de 8.900 toneladas (eran 40.000 en 1980) de merluza, y el doble de las especies asociadas, con un límite de 5.000 toneladas de gallo y de rape. Estos cupos se ven exactamente reflejados en lo que propone la Comisión para España tras el ingreso en la CEE, aunque deje la puerta abierta a su revisión -al alza o a la baja- por motivos de gestión científica de los recursos. Además, somete a cupos pescados que casi nadie pesca, como el chicharro, o que antes se podían pescar casi libremente, como la anchoa. Y los que tengan licencias para esta pesca tendrán que devolver al mar los otros peces sometidos a cupos que caigan en sus redes.

La reestructuración de la flota española, será "un elemento de negociación que la Comunidad debe utilizar". No señala, pero sugiere, la posibilidad de ayudas preadhesión en este sentido, a cambio de una solución "coherente y operativa para el conjunto del capítulo".

Este texto contiene algunas aperturas, aunque no suficientes, a juicio de negociadores españoles. Para estos, su mayor cualidad es que al fin, es una toma de postura global sobre el conjunto del capítulo. En cuanto a la pesca en la franja de 6 a 12 millas de la costa francesa, en el Golfo de Vizcaya y en el Mediterráneo, se reconoce la "situación de hecho", pero no la "histórica", por lo cual España podrá pescar, al igual que podrán hacer los franceses en la franja similar española, y en el Mediterráneo, con los límites vigentes en la actualidad. La zona del box irlandés seguirá cerrada para los pescadores españoles.

Gran consumidor

La pesca española en aguas comunitarias representa oficialmente un 10% del total de la pesca española. La CEE se dio cuenta de que podía vender a España -tercer consumidor por habitante del mundo- tu pescado en vez de dejárselo pescar. De hecho, entre 1976 y 1983, el déficit comercial pesquero de España frente a la. CEE prácticamente se ha duplicado. Para España este es un tema mayor, ya que el pescado representa un 13,4% de la dieta habitual del español. Sin embargo, la Comisión rechaza ligar la cuestión del acceso a los recursos con la del acceso al mercado. Propone, en cambio, un sistema de vigilancia y no restricciones cuantitativas como quiere España. Y no se pronuncia aún sobre Canarias, Ceuta y Melilla.

Respecto al exterior, la Comisión estima que España debe reducir paulatinamente -30% en los tres primeros años- en un plazo de 7 años, las ventajas comerciales otorgadas a países terceros a través del sistema de las llamadas "empresas mixtas". En ,cuanto a los acuerdos pesqueros con otros países, la CEE los irá asumiendo a medida que caduquen o haya que renegociarlos. Aunque será España la que soporte su coste económico, la Comunidad se encargará de su gestión tras la adhesión.

En cuanto a los precios, faltan datos para una postura definitiva. En algunos casos el impacto de la adhesión será menor. En otros, cuando los precios sean más elevados en España que en la CEE aumentarán sólo lo necesario para mantener el nivel de vida de los productores. Incluso cabe la posibilidad de crear una nueva categoría para evitar una subida de precios en la CEE.

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